Robert Marchand acaba de rodar 22,547 kilómetros en una hora en un velódromo de París. La cifra podemos considerarla una gesta si tenemos en cuenta la edad de Marchand: 105 años.

Es por supuesto el récord de la hora para ciclistas de su edad, una categoría que la Unión Ciclista Internacional ha habilitado para premiar la constancia de Marchand, que ya hace 3 años marcó el récord de la hora para mayores de 100 años recorriendo 26,927 kilómetros.

El secreto de su vigor está en "deporte, mucha fruta y legumbres, no demasiado café, no cigarrillos y poco alcohol". Su excelente capacidad cardiorrespiratoria y pulmonar también ayudan.

Pero a Marchand no hay que admirarlo solo en 2017. Este hombre de 1,52 y 51 kilos nació en 1911 y le ha dado tiempo a tantas cosas que su vida parece una película.

Para empezar, asegura recordar cómo entraron los prusianos en su ciudad de Amiens en 1914 durante la I Guerra Mundial. Probó a boxear, posteriormente gimnasia, en cuya disciplina ejerció de maestro y finalmente en 1925 se compró una bicicleta.

En plena Francia invadida por el III Reich durante la II Guerra Mundial, Marchand perdió su empleo como profesor de gimnasia. La razón: negarse a dar clases a los hijos de los colaboracionistas nazis.

Fue conductor de camiones y criador de pollos en Venezuela y leñador en Canadá. De vuelta en Francia, trabajó como hortelano, vendedor de zapatos y comerciante de vinos y finalmente en los 90 acabó disputando pruebas míticas como la Burdeos-París o la París-Roubaix.

Y desde la capital gala viajó en bicicleta a Moscú cuando tenía ya 81 años. Robert Marchand es único.