El mole no es simplemente un platillo mexicano. Es EL PLATILLO MEXICANO.

Es capaz de hacer que cualquier comida sepa diez mil veces mejor.

Y aclaremos algo de una vez por todas: el mole NO ES CHOCOLATE.

Algunos moles contienen cacao en su preparación pero nada más, ni que fuera Nutella.

El primer bocado de unas buenas enchiladas de mole es la mejor experiencia culinaria en esta vida.

Que tire la primera piedra el que nunca fue al mercado y comió tantita pasta de mole.

Y hasta así sabe increíble.

Porque, por supuesto, el buen mole se compra en tu tianguis de confianza.

No en un envase de vidrio del super, por el amor de Dios.

Sí, algunos entusiastas del mole podrán llevarlo al extremo.

La verdad, nos comeríamos esos cupcakes de tamal con mole CUALQUIER DÍA.

Pero lo cierto es que, para disfrutar del mole en toda su grandeza, necesitas comerlo primero en unas enchiladas…

Y después en un buen pollo con mole rojo.

Hasta en unos taquitos de guisado de mole con pollo.

Joder, hasta solo. El mole es PERFECTO.

En absolutamente todas sus presentaciones.

Y en todos sus colores.

Y para aquellos que se atreven a opinar que el mole es una aberración para la comida mexicana, solamente hay algo que decirles…

EL MOLE SE COME EN MÉXICO.