Así actúan los genios detrás de las mejores fake news, y así los desmontan

Estudiantes que quieren pagarse un crédito, veinteañeros con ganas de divertirse trolleando a la Alt-Right... Así se fabricaron algunas de las mejores historias de fake news en EEUU.

 

 

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Como si se tratase ya de un género literario, en el mundo de las noticias falsas han nacido auténticas estrellas. Estrellas de fabricar mentiras y de colarlas como información verdadera.

Uno de los episodios más sonados de la guerra informativa en la campaña electoral de Estados Unidos fue el “Pizzagate”. Wikileaks había sacado a la luz los correos de John Podesta y los trolls de la Alt-Right hicieron el agosto. Comenzó con un tweet en el que un supremacista blanco aseguraba que los correos decían que la pizzería Comet Ping Pong de Washington era en realidad una tapadera de una red de abusos sexuales a menores, orquestada por miembros del Partido Demócrata.

 

 

La historia llegó a foros como 4Chan y se multiplicó en decenas de páginas ultraderechistas. Cada cual aportaba datos nuevos —y falsos— que dieron cuerpo a la conspiración. Llegó inculso a publicarse en periódicos oficialistas de Turquía y el restaurante sufrió hasta un tiroteo en el que no hubo víctimas.

Pero no hace falta irse a un edificio de San Petersburgo en el que la ciberinteligencia rusa trabaja en una guerra informativa para desestabilizar EEUU. Ni siquiera a los hackers de Macedonia y otros países de Europa del Este que usan las plataformas 4Chan y 8Chan para desatar el rodillo de trolls supremacistas. No. Hablamos también de veinteañeros, de estudiantes corrientes sin demasiadas pretensiones políticas y con ganas de hacer dinero o de ganar notoriedad.

 Hillary amañó las elecciones”

Cameron Harris, un estudiante de Ohio con una deuda en la universidad fabricó una de las grandes historias falsas de 2016. Solo necesitó 5 dólares, un dominio y buena imaginación.

 

Cuenta The New York Times que todo comenzó cuando Harris escuchó en septiembre el mitin de Donald Trump en el que, acechado por los malos resultados de las encuestas, dejó caer que si él no ganaba es porque las elecciones iban a estar amañadas. Harris hizo el siguiente análisis: los votantes de Trump solo quieren confirmar sus prejuicios, con lo que sea. Y les dio lo que querían.

Pocos días después, compró un dominio por 5 dólares para un periódico ficticio llamado Christian Times Newspaper. Luego, se inventó el hitDecenas de urnas con votos sellados para Hillary Clinton habían aparecido en un almacén de un pueblo de Ohio. Los detalles de la historia contaban que un electricista de clase baja y simpatizante de Trump se encontró las urnas por casualidad.

Harris hizo el siguiente análisis: los votantes de Trump solo quieren confirmar sus prejuicios, con lo que sea. Y les dio lo que querían.

Todo parecería indicar que esas urnas iban a ser la clave para dar la vuelta a los resultados en el mismo estado en el que Trump dijo que los demócratas podrían amañar las elecciones. Harris puso como foto unas urnas usadas en unas elecciones en Inglaterra, sacada del periódico Birmingham Mail.

Y coló. Nada más publicar la noticia, al menos media docena de páginas de la Alt-Right se hicieron eco. En pocas horas, la noticia falsa se había compartido más de 6 millones de veces. Su repercusión llegó al punto que el Estado de Ohio encargó una investigación. A las pocas horas se desmintió que fuera cierto: ni había almacén, ni había urnas, ni había electricista. Pero el bulo seguía volando.

El número de visitas a la página de Harris —solo por esta noticia— generó más de 22.000 dólares en anuncios de Google, de los cuales 5.000 fueron directos al bolsillo del estudiante. La locura continuó: publicó al menos otras 9 informaciones relacionadas con la campaña, 8 de las cuales se demostraron falsas. Pudo vender la página por más de 100.000 dólares, hasta que Google cortó el flujo de publicidad a las webs de noticias falsas.

Trolleando a Infowars 

Después de que Buzzfeed y la CNN publicaran un dossier sin verificar que decía que la inteligencia rusa tenía información comprometida sobre Donald Trump, las páginas de la Alt-Right estaban ávidas de cualquier información que machacase a ambos medios.

Es lo que pensó Markus Muir, un escocés de 27 años que trabaja en marketing. Al contrario que Harris, él no necesitaba pagarse el crédito universitario. Pero sí quería divertirse. Se hizo pasar por un periodista de la NBC —competencia directa de CNN— y escribió por Twitter a Paul Joseph Watson, editor de la página Infowars, conocida como la principal fuente de teorías conspirativas de EEUU.

 

En el mensaje le decía que tenía datos que señalaban nuevamente a Buzzfeed y a la CNN. Ambos medios iban a publicar un clip de The Apprentice —el programa de televisión que Trump llevó durante años— en el que el nuevo presidente usaba la palabra nigger, un agravio racial intolerable en EEUU.

Watson no confirmó —ni siquiera preguntó por pruebas a Muir— que su fuente se trataba de alguien de la NBC. Y, claro, todo era falso. Con la información que recibió por el privado de Twitter redactó la noticia: "CNN y Buzzfeed planean publicar información que dañe a Trump a 48 horas de la inauguración".

El mecanismo se desató como de costumbre: las páginas de la Alt-Right apretaron el acelerador y en pocas horas la historia ya había circulado miles de veces. Muir explicó a Mashable que lo hizo para probar lo fácil que es crear un noticia falsa, y cómo sitios como Infowars viven tan solo del sesgo informativo, sin hacer ningún trabajo de confirmación.

Desmontadores de rumores 

A la misma velocidad que han proliferado los sitios de noticias falsas en internet ha crecido su desmontadora más grande: Snopes.com. La página nació en 1995 de mano de Barbara y David Mikkelson haciéndose esta pregunta: “Lo que nos dicen, ¿es verdad?”

Lo que comenzó como una página que desmentía leyendas urbanas de la cultura popular evolucionó a detectar los virus o la publicidad engañosa en las cadenas de emails. En la actualidad es la mayor referencia en contestar las grandes mentiras políticas en Estados Unidos.

En el caso de Harris, Snopes desmintió la historia de las urnas con votos para Hillary Clinton. También 8 de las nueve que posteriormente publicó Christian Times Newspaper. También lo hizo en el caso del Pizzagate, y en otras decenas de historias inventadas a raíz de los correos de Podesta, como los rituales satánicos que se atribuían a Marina Abramovich o la conspiración que decía que la muerte del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia era realmente un asesinato.

Snopes desmintió la historia de las urnas con votos para Hillary Clinton. También 8 de las nueve que posteriormente publicó Christian Times Newspaper. También lo hizo en el caso del Pizzagate, y en otras decenas de historias inventadas a raíz de los correos de Podesta

En una entrevista de 2010, Barbara Mikelson respondía así a por qué las noticias falsas tienen tanto tirón: “Los rumores tienen un gran poder de acomodar y confirmar los prejuicios de la gente”.

Junto a Snopes, existen otras plataformas como FactCheck.org o Politifact que han visto como los rumores se han convertido en 2016 en un torrente de desinformación.

En aquella entrevista, los Mikelson también dudaban que su proyecto tuviese algún día un impacto importante, al contrario de lo que les ha pasado ahora. “Cuando se enfrentan la verdad y el rumor, la verdad no tiene ninguna posibilidad”, dijo Barbara. ¿Será verdad?

 

 

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