Apaleado por una grada entera, arrojado desde lo alto de una tribuna y finalmente, muerto. Las imágenes de Emanuel Balbo precipitándose entre golpes por las gradas del estadio Mario Alberto Kempes han dado la vuelta al mundo. Tras dos días ingresado en un hospital de la ciudad de Córdoba, Balbo ha perdido la vida por muerte cerebral a los 22 años.
Esta fatalidad ocurrió el pasado sábado durante el descanso del clásico de la ciudad entre Belgrano y Talleres, donde solo pisaron el estadio seguidores del equipo local para evitar incidentes violentos, pero no sirvió de nada.
¿Qué sucedió exactamente?
Por lo que se ve en la señal de televisión de TyC Sports, lo que ocurrió fue un enfrentamiento en un sector de la barra celeste de Belgrano. Según las investigaciones, un aficionado empezó a gritar que Balbo era un hincha infiltrado de Talleres, aunque llevara puesta la camiseta de Belgrano.
Al instante se observa como Balvo comienza a bajar la grada mientras le agreden sin parar. Él intenta llegar hasta la parte superior de uno de los accesos a la tribuna y mientras trata de escapar es levantado y arrojado al vacío.
La policía lo encuentra en el suelo con un fuerte golpe en la cabeza y lo traslada al Hospital de Urgencias, donde se da a conocer su estado crítico. "Ingresó con fractura y hundimiento parietal, con edema cerebral, estado de conciencia muy bajo. Su estado es crítico, a tal punto que hay muy poco reflejo, tiene pocos signos de vitalidad cerebral", explicó el director del centro médico, Maximiliano Tittarelli, a los medios.
Entre la noche del domingo y la madrugada del lunes la policía detuvo a cuatro de los implicados en la agresión, incluyendo a un padre y su hijo menor de edad.
Sin embargo, el lunes por la tarde se entregó a la policía el sospechoso de organizar la agresión y anunciar que Balbo era un intruso de Talleres: Oscar Gómez, que podría haber matado a un familiar de Balbo.
En noviembre de 2012 Agustín Balbo, hermano de 14 años de Emanuel, y un amigo suyo murieron atropellados por un coche que estaba disputando una carrera callejera con otro vehículo.
Uno de los conductores era Oscar Gómez, aunque todavía no hay sentencia judicial por el caso.
La muerte de Balbo no estuvo directamente vinculada con lo sucedido en el campo, pero el hecho de que lo acusaran de ser hincha de Talleres hizo que la barra de Belgrano lo increpara. El fanatismo de las barras ha llegado a un punto en el que muchos se plantean si las medidas que impuso Macri al llegar al gobierno han servido de algo.
Aunque hace ya 3 años se prohibió la presencia de afición visitante en los partidos, el espacio libre en los estadios facilitó que las barras locales se multiplicasen.
"Ahora hay la oficial y la que le disputa el poder. La propia policía legitima la barra oficial para evitar que se meta la otra. Y les escolta cuando se desplazan", nos contó el periodista de Diario Popular, Luciano Bottesi.
Macri también implantó el programa "Tribuna Segura", una medida que consiste en un aumento del número de agentes policiales en las puertas de los estadios. Todo aquel que quiera acceder a los recintos deportivos tiene que enseñar la entrada y el DNI a un policía, cada documento es escaneado a través de un teléfono móvil conectado a una base de datos del estado.
En teoría, si un individuo tiene antecedentes policiales no se le deja entrar y después los agentes comprueban si tiene relación con las barras.
A efectos prácticos la cosa cambia. Las barras siguen en los estadios pasando con documentos de otros aficionados y el mercado negro de armas, drogas, merchandising y entradas sigue más vivo que nunca.
La caída forzada de Balbo no fue el único episodio violento durante el clásico de Córdoba. Una hora antes del comienzo del partido un hombre de 25 años se llevó un balazo de goma en la cara cuando la barra de Belgrano atacaba el autobús de los jugadores de Talleres. Aún no se sabe si el perderá un ojo.
Con la muerte de Balbo ya son 316 los muertos en estadios de Argentina desde 1922, según la organización Salvemos al Fútbol. A Macri ya le han lanzado el guante para acabar con la dictadura de las barras. ¿Lo recogerá?