¿Buscar enchufes para cargar el móvil? No. Esta gente recarga su smartphone con su orina

Investigadores del Centro de Bioenergía de Bristol aseguran que 600 mililitros de micción pueden garantizar hasta seis horas de batería.

 

 

Las baterías de los smartphones duran menos que un helado al sol. ¿Quién no ha llorado o querido estampar el teléfono contra el suelo porque se ha apagado justo cuando más lo necesitas?

Para limitar esos momentos, hemos pasado a cargar el móvil todas las noches, e incluso varias veces al día. Buscamos un enchufe y nos lanzamos a él para que chupe bien la electricidad. Así 365 veces al año.

Sin embargo, unos investigadores británicos han conseguido que podamos recargar nuestros teléfonos con un biocombustible de cosecha muy propia: la orina.

 

 

 

 

 

 

El proceso es posible debido a unas celdas de combustible microbiana. "Aquí la orina no es un líquido residual, aquí es el combustible de una celda microbiana. Dentro hay bacterias que utilizarán la orina en su beneficio para producir electrones que recuperaremos como energía o como electricidad para cargar el móvil", explica Jonathan Winfield, del Centro de Bioenergía de Bristol.

 

 

 

 

Los investigadores afirman que 600 mililitros de orina pueden traducirse en 6 horas de batería en un smartphone. Y no hablan desde la teoría. En 2015 y 2016, el mismo Centro de Bioenergía diseñó un sistema de celdas de combustible con el cual pudieron generar suficiente electricidad para iluminar los baños del popular festival de música de Glastonbury, al que acuden en torno a 165.000 personas cada año.

A la luz de esa experiencia, los científicos creen que las celdas microbianas alimentadas de orina podrían ser una buena opción para instalarse en "los campos de refugiados, en los barrios pobres, en asentamientos provisionales, en lugares en los que no hay infraestructuras o en los que no hay red eléctrica".

 

 

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