Al menos cinco personas han muerto y 27 han resultado heridas en Tegucigalpa al intentar entrar por la fuerza al Estadio Nacional para ver la final del Torneo Clausura de la Liga Nacional de Fútbol entre el Motagua y Honduras Progreso.

Tres víctimas fallecieron en el estadio y otras dos lo hicieron de camino al Hospital Escuela Universitario, según los informes policiales.

La policía intentó desalojar a la multitud que estaba en el Portón 11 con gases lacrimógenos y chorros de agua presión, lo que provocó una estampida justo antes de que comenzara el partido.

"Alrededor de las 3:30 de la tarde en las afueras del Estadio, los ánimos de la multitud con boletos en mano se caldearon al determinar que ya no había cupo en el interior del recinto deportivo, quienes exigían poder ingresar", ha asegurado la Policía Nacional en un comunicado de prensa.

Tanto la policía como el Ministerio Público investigarán la presunta sobreventa de boletos.

A pesar de todo lo que estaba pasando en los alrededores, el partido se jugó y el Motagua campeonó. La final comenzó con un minuto de silencio por las víctimas mortales. Aunque el Motagua ganó 3-0 al Honduras Progreso, los directivos aseguraron que el triunfo se había visto opacado por la tragedia.

"No hay nada que celebrar con lo que pasó afuera del estadio", escribió el presidente del Motagua, Eduardo Atala, en Twitter.

Además, una de las heridas, Maryori Godoy, estaba embarazada y ha perdido al bebé por las contusiones sufridas en la avalancha.

La desorganización para un partido con tanta expectación, la mala actuación de la policía y el hecho de que solo se abriesen dos puertas para que los aficionados entrasen a un estadio de 35.000 aficionados, parecen las causas directas de la tragedia.