Cobrar por follar con tu pareja en horario de oficina: así es la singular propuesta que quieren instaurar en Suecia

Un concejal de Overtornea ha propuesto instaurar en la agenda laboral una hora semanal de sexo para mejorar la natalidad y el buen ambiente en las oficinas.

 

 

sexo suecia

En un pequeño pueblo de Suecia de 2.000 habitantes hay cada vez menos niños. El problema no es para nada una rareza, teniendo en cuenta que la baja natalidad es una de las preocupaciones de los países desarrollados desde hace años. Pero la solución que proponen es bastante singular.

Per-Erik Muskos, concejal de Overtornea, quiere instaurar el sexo subvencionado. Es decir, dar a los 550 empleados de todo el pueblo una hora de descanso remunerado a la semana para practicar el ancestral rito de la cópula.

Una hora de sexo a la semana como derecho laboral. Suena bien, ¿no?

Para el autor de la propuesta, esa hora de sexo pagada es la mejor manera de mejorar el equilibrio entre la vida laboral y la personal, elevar la natalidad local y de paso, descargarse del tedio diario y hacer que los trabajadores estén más contentos en sus puestos de trabajo.

"Debemos fomentar la procreación. Creo que el sexo a menudo es escaso. La vida cotidiana es estresante y los niños están en casa", ha explicado Muskos. "Esto podría ser una oportunidad para que las parejas tengan su propio tiempo, solo el uno para el otro".

 

 

El concejal, que aseguró que la propuesta no es ninguna broma, reconoce que sí que es cierto que podría ser de difícil aplicación ya que es imposible de controlar, sin caer en ningún tipo de perversión, si un trabajador ha ido de verdad a su casa a fornicar o se ha ido al campo a recoger caracoles.

 

Per-Erik Muskos, concejal de Overtornea, quiere instaurar el sexo subvencionado. Es decir, dar a los 550 empleados de todo el pueblo una hora de descanso remunerado a la semana para practicar el ancestral rito de la cópula.

 

Suecia, uno de los países con mejor estado de bienestar del mundo, tiene instaurado en las horas del trabajo el ritual del Fika, que consiste en parar de trabajar para tomarse tranquilamente un café, despejarse y volver a la producción con la energía renovada. Sin embargo, a pesar de que el rumor de la hora de sexo semanal ya ha recorrido el país, parece que no todos están contentos con la instauración de una nueva ceremonia.

Lotta Dellve, profesor de sociología en la Universidad de Gotemburgo, declaró a The New York Times que la actividad física durante las horas de oficina tiene muchos beneficios pero que le parecía ridículo que un jefe mandara a un empleado a su casa para que tuviera un momento de intimidad.

 

"Debemos fomentar la procreación. Creo que el sexo a menudo es escaso. La vida cotidiana es estresante y los niños están en casa", ha explicado Muskos, el autor de la propuesta.

 

Stefan Nilsson, miembro del Partido Verde, dice no sentirse demasiado convencido de que los contribuyentes quieran financiar una hora de sexo a los trabajadores. Tomas Vedestig, concejal del pueblo de la iniciativa, fue más lejos asegurando que la medida le parecía intrusiva y discriminatoria con los que no tienen pareja.

Otros, en cambio, que ya se imaginaban perfectamente beneficiándose de la proposición, incluso se han quejado de que 60 minutos era un período de tiempo demasiado pequeño. "¿Una hora? Eso no es suficiente", llegaron a declarar indignados.

Por el momento, la medida tendrá que votarse en primavera en Overtornea. Quizá después pueda llegar a ser nacional y exportarse al resto del planeta como los muebles del IKEA.

 

 

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