El aceite de oliva y dormir ayudan a reducir el riesgo de infarto cerebral y cardiaco

El aceite de oliva, ingrediente básico en la dieta mediterránea, podría ayudarte a evitar un infarto cardiaco o cerebral si lo combinas con el sueño.

Investigadores de Keenan Research Centre for Biomedical Science, en el Hospital St. Michael’s de Toronto, Canadá, hallaron que los niveles de una proteína importante aumentan después de comer alimentos ricos en grasas insaturadas, como el aceite de oliva. Publicado el jueves 6 de agosto, en la revista Nature Communications, el estudio demuestra que dicha proteína puede inhibir un factor importante que interviene en el sangrado y las enfermedades cardiovasculares.

Apolipoproteína A-IV (ApoA-IV) es una proteína plasmática que se sintetiza en el intestino delgado, y cuya producción puede aumentar con el consumo de alimentos ricos en grasas insaturadas. Cuanto mayores sean los niveles plasmáticos de ApoA-IV, menor será el riesgo de enfermedad cardiovascular, ya que ApoA-IV inhibe a la integrina αIIβ3, una glucoproteína que se encuentra en la superficie de las plaquetas. Este receptor plaquetario contribuye a que las plaquetas se aglomeren en la sangre, propiedad conocida como agregación plaquetaria. Sin embargo, la agregación plaquetaria también puede obstruir el flujo sanguíneo, lo cual conduce a la trombosis.

“La agregación plaquetaria salva vidas, porque puede detener el sangrado en los vasos sanguíneos dañados”, explicó el autor principal del estudio, el Dr. Heyu Ni, director de la plataforma para Hematología, Cáncer y Enfermedades Inmunológicas en Keenan Research Centre. “Pero no queremos que las plaquetas obstruyan el flujo de la sangre en los vasos. Esto es lo que se conoce como trombosis, y cuando hay una oclusión en los vasos sanguíneos del corazón o el cerebro, esta puede ocasionar un infarto cardiaco, cerebral e incluso, la muerte”. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos informan que, cada año, 790,000 estadounidenses sufren un infarto cardiaco, y alrededor de 795,000 tienen un infarto cerebral.

La actividad de las plaquetas aumenta después de cada comida, lo cual significa que pueden aglomerarse con más facilidad. No obstante, después de ingerir grasas insaturadas, se incrementa el nivel de ApoA-IV en la sangre circulante. Esto puede reducir dicha hiperactividad y propiciar que el flujo sanguíneo sea mayor, lo cual disminuye el riesgo de infarto cardiaco y cerebral.

“Nuestro estudio es el primero que vincula ApoA-IV con las plaquetas y la trombosis”, enfatizó el Dr. Ni. “En esta investigación, también explicamos por qué los niveles más elevados de ApoA-IV pueden disminuir la acumulación de placa en los vasos sanguíneos, el trastorno conocido como ateroesclerosis, ya que este proceso también se relaciona con la función plaquetaria”. Así mismo, el equipo determinó que ApoA-IV tiene un ritmo circadiano, lo cual causa que sea más activo durante la noche y menos por la mañana.

“La Madre Naturaleza quiere que durmamos bien”, agregó el Dr. Ni. “Por ello, esta proteína nos protege mientras dormimos, en tanto que la probabilidad de un incidente cardiovascular aumenta cuando despertamos por la mañana”.

Todo esto significa que, cuando comemos alimentos ricos en grasas insaturadas -como el aceite de oliva- y mantenemos patrones de sueño adecuados, la proteína ApoA-IV puede contribuir a protegernos de infartos cardiacos y cerebrales. Los científicos esperan que investigaciones ulteriores revelen cómo puede aplicarse su estudio para diseñar terapias dirigidas contra la enfermedad cardiovascular.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek

Regresar al blog