El cerebro de los jazzistas funciona de manera diferente al de los músicos clásicos

Los investigadores del Instituto Max Planck en Alemania, compararon los cerebros de pianistas de jazz y de formación clásica, para descubrir que su actividad cerebral difiere significativamente, incluso si tocan la misma pieza de música. Los resultados de su investigación fueron publicados hace poco en la revista NeuroImage.

 

 

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El funcionamiento del cerebro creativo puede ser aún más complejo y sutil de lo que pensábamos. Se sabe que un músico desarrolla una estructura cerebral diferente que alguien que no toca un instrumento, pero ahora los científicos creen que también hay diferencias profundas entre las actividades cerebrales de los músicos que tocan diferentes estilos.

Los investigadores del Instituto Max Planck en Alemania, compararon los cerebros de pianistas de jazz y de formación clásica, para descubrir que su actividad cerebral difiere significativamente, incluso si tocan la misma pieza de música. Los resultados de su investigación fueron publicados hace poco en la revista NeuroImage.

“La razón podría deberse a las diferentes demandas que estos dos estilos plantean a los músicos, ya sea para interpretar hábilmente una pieza clásica o para improvisar creativamente en el jazz”, dijo Daniela Sammler, neurocientífica y autora principal del estudio. “Así, en sus cerebros se pueden haber establecido diferentes procesos al tocar el piano, lo que dificulta el cambio entre los estilos”.

 

La música de jazz es amada por sus improvisaciones sueltas y fluidas, mientras que la música clásica está asociada con una interpretación más estructurada.

Esto significa que mientras tocan, en el jazz y en la música clásica los intérpretes tienden a planificar su próximo movimiento de una manera diferente. En palabras de los investigadores, los pianistas de jazz se centran en “qué” notas tocar y los pianistas clásicos están pensando en “cómo” sus dedos deberían llegar a la siguiente tecla. Parece una diferencia sutil, pero depende de una forma totalmente diferente de actividad cerebral.

Los científicos reunieron a 30 pianistas profesionales: la mitad eran jazzistas y la otra mitad eran clásicos. El experimento consistió en tocar la misma secuencia de acordes que presentaba errores extraños en las armonías. Durante el ejercicio, sus cráneos fueron equipados con sensores de electroencefalografía, con la esperanza de ver cómo reaccionaban sus cerebros ante armonías inesperadas y cómo se registraban sus ondas cerebrales.

 

Los resultados mostraron que los cerebros de los pianistas de jazz replanificaban  las acciones considerablemente más rápido y con mayor fluidez, en comparación con los pianistas clásicos. “Por consiguiente, fueron más capaces de reaccionar y continuar su desempeño”, señaló Roberta Bianco, primera autora del estudio.

A continuación el equipo quiere profundizar en otros géneros de la música, usando diferentes instrumentos, para comprender qué está pasando exactamente en el cerebro cuando tocamos música. Sammler explica: “Similar a la investigación en el lenguaje, para reconocer los mecanismos universales del procesamiento del lenguaje, tampoco podemos limitar nuestra investigación al alemán”.

El Ciudadano, vía IFLScience

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