El divorcio más premiado de la literatura

Sharon Olds
 

Hace unos días, la poeta estadounidense Sharon Olds recibió el premio Wallace Stevens por su «probada maestría en el arte de la poesía». Y además,como anunciaba el titular de The Guardian, recibió también 100.000 dólares.

El jurado destacó que la obra de Olds ha dado a muchas mujeres jóvenes "permiso para hablar", pensando posiblemente en su último poemario, Stag's Leap (2012) que recibió también los premios Pulitzer (10.000 dólares) y T. S. Eliot (20.000 dólares).

Con un lenguaje atravesado de inteligencia, dolor y rabia, Sharon Olds habla en Stag's Leap del divorcio de quien fue su marido durante 32 años. Este, que era médico, la abandonó a ella y a sus dos hijos por una compañera de trabajo en 1997.

Olds escribió entonces los 49 textos que componen el libro y los mantuvo escondidos durante 15 años. Como el vino que da nombre al poemario, Olds ha dejó reposar así sus poemas, que han adquirido un cuerpo y una distancia espectrales.

 

 

En Stag's Leap se transforman la «cortesía y el horror» del divorcio en materia literaria.

El marido se compara con el ciervo de la etiqueta de su vino favorito, tirándose por un acantilado en el fervor de su huida. Y se retrata también el proceso de curación: cómo Sharon le da a su mezquina madre la noticia («¿Pero cuándo volveré a verlo YO?» pregunta la madre) y cómo al fin consigue liberarse del peso de las tres décadas de matrimonio.

 

Stag's Leap, su libro sobre el divorcio, ha recibido algunos de los premios más importantes de la poesía internacional

 

Sharon Olds, que ahora tiene 70 años, cuenta con un amplio reconocimiento en Estados Unidos. Su poesía es descarnada y en ella trata sin pudor y sin piedad su propia vida.

En sus libros Satán dice (1980) o El padre (1992) Olds investiga en su cuerpo, en su sexualidad y en su misma infancia, con un padre fanático y calvinista que le prohibía ir al cine.

Por eso no es extraño que en Stag's Leap Sharon Olds haya logrado mirar a los ojos al abismo del divorcio.

Ni es tampoco extraño que ahora sea recompensada por ello.

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