El Papa da por sorpresa una charla motivadora en TED y llama a la revolución de la ternura

La sala se oscureció. Las 1.800 personas que habían asistido a la conferencia TED de ayer martes en Vancouver (Canadá) esperaban expectantes al siguiente invitado. En el abarrotado auditorio, los CEOs de algunas de las compañías tecnológicas más grandes del mundo se preguntaban quién sería la siguiente persona en inspirar con su historia, con su obra o con su experiencia vital catártica.

De repente, un vídeo apareció en la pantalla principal y despejó todas las dudas. Ovación cerrada, gritos y vítores. "¡No puede ser!", gritó una mujer desde la platea.

¿Quién sería el invitado sorpresa? ¿Una estrella del rock con un pasado oscuro? ¿El nuevo emprendedor-solidario-creador-de-una-star-up-brutal? ¿O quizás un mochilero que recorrió el mundo a la pata coja y vivió solo con dos euros al día?

 

No. La aparición estelar de ayer no era otra que la del Papa Francisco. Por sorpresa, el máximo representante de los católicos quiso inspirar al mundo con sus palabras. Y todo el mundo se volvió loco.

"Me gustaría, sobre todo, que este encuentro nos ayude a recordar que todos necesitamos los unos de los otros, que ninguno de nosotros es una isla, un yo autónomo e independiente del otro, que solamente podemos construir el futuro juntos, sin excluir a nadie", declaró el pontífice al comienzo de la conferencia.

 

 

A lo largo de los 18 minutos que duró la charla, el Papa Francisco denunció la "cultura del descarte" que margina a las personas y pone a los productos en su lugar. "Qué maravilloso sería si el aumento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiese también con una mayor equidad e inclusión social. Qué maravilloso sería si, mientras descubrimos nuevos planetas, descubriésemos las necesidades del hermano y la hermana que orbitan a mi alrededor. Qué maravilloso sería que la fraternidad no se redujese solo a la asistencia social, sino que se convirtiese en la actitud básica en las decisiones a nivel político, económico, científico, y en las relaciones entre personas, entre pueblos, y países".

El máximo representante de los católicos también llamó a poner en marcha una "revolución de la ternura". "Sí, la ternura es el camino que han recorrido los hombres y mujeres más valientes y fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la solidaridad, el camino de la humildad. Permítanme decirlo claramente: cuanto más poderoso eres, cuanto más tus acciones tienen un impacto sobre la gente, mucho más humilde has de ser. Porque si no el poder te arruina, y tú arruinarás a los demás", remarcó Francisco.

Para terminar, y siguiendo con el tono inspirador que rodea este tipo de conferencias, el Papa incidió en la responsabilidad de todos nosotros en el futuro de la humanidad. "No solo está en manos de políticos, de los grandes líderes, de las grandes empresas", explicó. "El futuro está sobre todo en manos de las personas que reconocen al otro como un "tú" y a sí mismos como parte de un "nosotros". Nos necesitamos los unos a los otros", remarcó el pontífice.

" Me han dicho que en TED se reúne mucha gente muy creativa. No bastan los buenos propósitos y las fórmulas ya consagradas, que a menudo solo sirven para tranquilizar conciencias. Juntos, ayudémonos a recordar que el otro no es una estadística o un número: el otro tiene un rostro, el "tú" es siempre un rostro concreto, un hermano al que cuidar".

Regresar al blog