El pasado miércoles 11 de enero El Salvador respiró por primera vez en 2 años. ¿La razón? Como anunció el comisario de la Policía Civil Nacional, Howard Cotto, no se reportó ningún asesinato. Se trata de un acontecimiento atípico en el país, ya que la última ocasión en la que ocurrió algo así fue el 22 de enero de 2015, de acuerdo con Associated Press.

Por ello, la noticia fue motivo de celebración en los medios locales y en las redes sociales. Aunque hubo otros que no lo vieron con optimismo. De hecho, un internauta consideró que la importancia que se le estaba dando al acontecimiento era más bien un indicio de la crítica situación en la que se encuentran.

"El país está tan mal que un día sin homicidios genera noticias", dijo en un tweet.

El Salvador siempre había destacado por ser uno de los lugares más mortíferos del mundo. Pero, al finalizar la tregua entre las 2 pandillas más poderosas del país, Mara Salvatruca y Calle 18, en 2014, el panorama empeoró. Desde entonces, se han registrado las cifras más altas desde que terminó la guerra civil en 1992. Algo que provoca que la nueva situación sea catalogada por algunos locales de"Nueva guerra civil".

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En 2015 los homicidios llegaron a un máximo de 104 por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta registrada en cualquier nación que no estaba en guerra durante ese año. En 2016 el paradigma fue menos malo, ya que descendieron aproximadamente el 20%. Pero, aun así, seguía siendo uno de los países con más mortalidad del mundo.

En estos momentos, la "guerra" se sigue librando en sus calles. Aunque de distinta forma. Como informó The Washington Post, tiempo atrás la mayor parte de delitos y asesinatos se producían entre pandillas rivales. Ahora, en respuesta a la represión policial, la guerra es entre las pandillas y las autoridades.

Una prueba de ello es que un día después del día en el que los salvadoreños pudieron "respirar paz", asesinaron a un agente de policía.

En los 11 primeros días de 2017, se reportaron 99 homicidios. O, en otras palabras, 9 muertes al día, de acuerdo con Cotto. Una realidad que, como dijo este jueves el vicepresidente Óscar Ortiz, pretenden cambiar reduciendo el promedio de homicidios diarios a un solo dígito.

"Un grupo criminal no puede competir con el estado".

[Vía The Washington Post]