Llevamos siete días en los que el Sol propaga bengalas solares, los eventos explosivos más grandes dentro del Sistema Solar. Suena como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina, pero los científicos han remarcado que no es un fenómeno anómalo en una estrella. Lo único que se hemos vivido uno de gran intensidad.

Las llamaradas solares tienen una explicación. Esas potentes ráfagas que de repente iluminan con intensidad una región del sol se producen debido a la actividad magnética del interior de la estrella. Las erupciones salen disparadas justo en torno a los alrededores de las manchas solares, regiones del sol que poseen una temperatura más baja que el resto de la superficie. La duración de las llamaradas va d esde pocos minutos a unas horas.

Precisamente la llamarada más potente que el Sol ha liberado en 12 años ocurrió el pasado 6 de septiembre y se produjo en la región activa llamada AR 2673. Fue de clase X, las más potentes, y de 9.3, un número que indica la intensidad. Por ejemplo, X2 es dos veces más intensa que X1, X3 tres veces más intensa, así hasta llegar a la que se emitió. En ese momento se expulsó una gran cantidad de energía y partículas que viajaron a altas velocidades. Gracias al seguimiento que hubo quedó registrado su comportamiento en este vídeo.

"Esto no es raro", dijo Rodney Viereck, director de la predicción del tiempo espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) a IFLScience.

Sucede que nos encontramos casi e n el último tramo del ciclo solar, un periodo de 11 años durante el cual la actividad de la estrella sube y baja. Ahora nos dirigimos hacia un mínimo solar en términos de intensidad, pero se ha visto que paradójicamente el Sol puede emitir las ráfagas más violentas en esta última fase. Las últimas convulsiones antes de la calma.

A la erupción solar X8.2 que se registró el domingo se espera una tormenta geotérmina moderada para hoy y otra menor para mañana. Nuestra atmósfera nos mantiene sanos y salvos de la radiación emitida, aunque puede perturbar las señales GPS, comunicaciones o dañar redes eléctricas, lo que acarrea apagones. A los astronautas se les avisó que no hicieran caminatas y se mantuvieran dentro de las instalaciones para evitar la exponerse. Pequeñas precauciones hasta que todo vuelva a la normalidad.

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