El sueño de la inmortalidad se despedaza: solo podemos vivir 122 años

Jeanne Calment

Cuenta cuántos años pueden quedar para que mueras. Da igual el ingenio, la fortaleza o todos los esfuerzos que hagas para evitar que deje de latirte el corazón, porque la biología humana tiene un límite y no supera los 122 años. Un estudio publicado en la revista Nature ha despedazado el sueño de la inmortalidad.

La persona que más velas sopló a lo largo de su vida fue Jeanne Calment, una mujer francesa que murió en 1997 en Arlés (Francia) después de 122 años acumulando historias y arrugas. Desde entonces, nadie ha roto su récord de longevidad y es improbable que alguien lo haga. A pesar de las mejoras en la medicina y de que algunos estudios en animales muestran que se puede alargar el tiempo máximo con modificaciones genéticas, la edad humana ya habría alcanzado su tope.

Acta de nacimiento de Jeanne Louise Calment

 

Los investigadores de la Escuela de Medicina de Albert Einstein analizaron datos de todo el mundo y detectaron una evidencia sólida: en la década de los 80, muchos países incrementaron su esperanza de vida, pero en los 90, el máximo posible se estancó. La razón se encontraría en un "efecto indeseado" de los programas genéticos que se ponen en marcha cuando nacemos".

"Muchos de los sistemas que han evolucionado para protegernos de amenazas externas, de daños provocados por el estrés, de fallos en procesos moleculares, producen los problemas a largo plazo que nos acaban matando", explica Jan Vijg, autor principal del estudio.

Muchos de sistemas que nos protegen de amenazas externas a la larga nos acaban matando

 

La mujer francesa vivió 122 años y 164 días. Es improbable que alguien rompa su récord

Vijg señala que cada especie desarrolla unos sistemas de protección para sobrevivir en la naturaleza . "Los ratones son muy frágiles y por eso tienen una esperanza de vida muy corta. Los humanos, sin embargo, en parte gracias a nuestro cerebro, incrementamos nuestras posibilidades de vivir más", expone. Pero cuando ese sistema comienza a fallar, "el organismo se deteriora, y sería muy difícil crear un tratamiento que los reparase todos a la vez. Olvidar de tomar un solo fármaco de los miles necesarios para mantener en funcionamiento todos esos sistemas significaría la muerte".

Algunos investigadores sostienen que se romperá el actual récord de longevidad en el futuro con fármacos que inhiben la hormona del crecimiento o con restricciones de proteínas. La ciencia aspira a desacelerar el envejecimiento, pero, en la actualidad, la probabilidad de llegar a ser supercentenario es de una entre 10.000. De momento, habrá que resignarse a morir.

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