En esa actuación de 2007, Britney tocó fondo. Pero también empezó a renacer

britney

La música empieza a sonar. Britney se da la vuelta, pone cara de estar intentando recordar si ha apagado las luces antes de salir de casa y se olvida de seguir el playback.

 

 

 

Así dio comienzo una de las actuaciones más icónicas de la historia del pop. Era el 9 de setiembre de 2007 y Britney Spears volvía a los escenarios después de tres largos años sin actuar en vivo. La MTV había publicitado su actuación como el gran evento de los VMA de ese año. Aunque tampoco les habría hecho falta, todos los ojos estaban puestos en ella después de su colapso mental. Se suponía que iba a ser el gran renacer de la cantante a la que todo el mundo había proclamado precipitadamente como sucesora de Madonna...

Y vaya que sí fue un regreso por la puente grande . Por mucho que lo hiciera como el culo y todo el mundo se burlara de ella, casi una década después, seguimos recordándola y hablando de ella, al contrario de lo que ha sucedido con todos los demás números de aquella gala.

Este domingo 28 de agosto, Britney cantará sobre el mismo escenario por primera vez desde aquella noche. ¿Habría la misma expectación de no haber sido por aquella última desastrosa actuación?

 

Probablemente, no. Probablemente, la habrían tachado de mediocre y de no tener nada nuevo que ofrecer y su carrera se habría resentido aún más. Porque, seamos sinceros, ni la coreografía ni la puesta en escena eran tan espectaculares como para habernos impresionado después de haberla visto contoneándose con una serpiente albina sobre los hombros.

Los VMA son los premios que marcan “la vuelta al cole” de la industria de la música y la gala en la que se producen aquellas actuaciones para el recuerdo que tanto se echan de menos en los Grammys. Iconos que funcionan como reflejo de una época concreta del entretenimiento entre los que se incluyen Madonna provocando con Like a Virgin o Nirvana escupiéndole a un cámara. La propia Britney ya había protagonizado dos actuaciones icónicas: la de la serpiente, en 2001, y la del beso con Madonna, en 2003.

 

 

Pero, en 2007, su actuación dejó las bocas abiertas por razones muy distintas.

Solo un año antes, Britney se había rapado la cabeza delante de los paparazzis gritando que era el anticristo. Era evidente que no estaba recuperada aunque su equipo tampoco es que estuviera muy fino. Las extensiones que lucía parecían compradas en un todo a cien y la ropa no era favorecedora para un cuerpo que, tras dos embarazos, ya no era el mismo de antes. La propia Britney declararía a la prensa, después de verse, que parecía “un cerdo gordo”.

Para rematar la jugada, uno de los tacones de su bota se rompió nada más empezar a bailar y eso limitó bastante sus movimientos, haciendo que los bailarines tuvieran que ayudarla a subir y bajar escaleras como si fuera una anciana.

 

 

Sin embargo, sin quererlo, Britney se había montado ella sola una campaña de marketing muy acorde con unos tiempos que empezaban a cambiar. La telerrealidad estaba echando a los videoclips de un canal que llevaba la palabra "música" en su nombre. Sin ir más lejos, en aquella misma gala, Justin Timberlake denunciaba, al recoger un premio, que la cadena emitiera más realities que vídeos musicales.

La gente quería carnaza y Britney tenía su propio reality sin necesidad de que ningún canal de televisión se lo emitiera. Sin necesidad de sacar disco, la prensa seguía hablando de ella aunque solo fuera porque la habían fotografiado saliendo de un coche sin bragas o porque, de fiesta con Paris Hilton, había decidido qutarse los pantalones y quedarse en medias de rejilla en la discoteca.  

En cierto modo, tocar fondo para luego volver a renacer es la única forma que tiene un artista que es tomado a pitorreo de poder alcanzar un estatus de prestigio en la industria del entretenimiento estadounidense. Y esa interpretación de Gimme More fue la gran prueba de que Britney la había cagado hasta el fondo. Una actuación salida de los mismos infiernos en los que se había sumido, y de los que debería probar que era capaz de salir para ser respetada por el público.

Ahora, la MTV ha vuelto a anunciar el regreso de Britney a la gala siguiendo la misma estrategia que entonces. Aunque ya no se trata del gran regreso de Britney a los escenarios sino de esa gran oportunidad de resarcirse. De quedar en paz con su pasado. Britney tiene la oportunidad única de volver a tener relevancia por ser la princesa del pop y no la loca que agredía a los fotógrafos con un paraguas.

En el vídeo de presentación, una serpiente se va paseando por una habitación llena de referencias a sus actuaciones en la entrega de premios:

 

 

"Los VMAS no solo te ofrecen un escenario, te ofrecen una historia", dice Spears a través de una voz en off. " Cogen una fracción de segundo y la hacen durar para siempre. Antes de que te des cuenta, eres parte de la historia. Antes de que te des cuenta, es Britney, bitch".

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