Estábamos agarrados de la mano de Dios: pescadores

El motor se rompió y el viento los aventó al mar; 20 horas a la deriva estuvieron los desaparecidos de Villa Allende; la tragedia en el mar persigue a los Nishimura; el radar de una lancha de la Marina los detectó en la inmensidad de Golfo de México

OSVALDO ANTONIO SOTELO/CODIGOVERACRUZ.COM
COATZACOALCOS, VER.- / 2020-09-01

 

Sin agua y sin comida, así sobrevivieron por más de 20 horas los cuatro tripulantes de la lancha "Ximena", cuando un día antes habían salido en busca de róbalos en las aguas del Golfo de México.

Fueron los elementos de la Secretaría de Marina quienes los encontraron a 30 millas del municipio de Tonalá, en el vecino estado de Tabasco.

Aunque ellos pensaban que no iban a sobrevivir, hoy están en casa, en Villa Allende.

LA TRAGEDIA EN EL MAR
RODEA A LA FAMILIA NISHIMURA

Las tragedias en el mar han envuelto a los Nishimura, una familia donde muchos de sus integrantes se han dedicado a la pesca.

Hace tres años Juan Francisco Cabrera Nishimura murió ahogado en el Golfo de México, frente a la Monoboya, en Villa Allende.

En esa ocasión, "Juancho" también había salido a pescar con otras tres personas en la lancha "Delfín", cuando una ola derribó la embarcación unos segundos después de que falló el motor.

Hoy le tocó a Roberto Nishimura Benavides, quien le ha dedicado más de cinco décadas de su vida a la pesca.


A diferencia de su primo, el pescador "Betoche" como todos los conocen en el pueblo, así como su sobrino Roberto Carlos Nishimura Juárez, si sobrevivieron a un accidente en la embravecida mar.

El lunes por la tarde cuenta que salieron a tender unas redes a 20 millas del puerto de Coatzacoalcos.

Regresaban hacia la "Ensenada" el punto en que muchos pescadores dejan sus lanchas en la colonia Las Escolleras, cuando paso lo inimaginable.

Habían ingresado a la "bocana", los límites del río Coatzacoalcos con el Golfo de México cuando la cuerda del motor se rompió.

En ese momento no empezó a reinar la desesperación, sino horas más tarde cuando llegó la noche.

La "surada" los fue arrastrando hacia mar adentro, perdiéndolos entre el extenso Golfo de México.

Roberto Benavides era quien manejaba la lancha, por lo que temió que el transcurso de las horas muriera uno de los tripulantes.


EL REENCUENTRO

Quizá la última ocasión que Roberto Nishimura Juárez pasó tanto tiempo pegado a su madre fue cuando estuvo en su vientre.

No queda más que llorar, porque se han reencontrado, después de que por poco moría lejos de casa.

"Pensábamos que nos íbamos a voltear en un momento, pero no, estábamos agarrados de la mano de Dios", dice este joven.

En su embarcación tenían una rejilla y una piedra, siendo así que lograron permanecer a flote por todo ese tiempo.


En todas esas horas eternas no probaron ni una gota de agua ni mucho un bocado de alimento, solo durmieron pocas horas.


EL AMOR DE UNA MADRE

"Mami llévame a pescar", esa expresión la repitió en más de una ocasión Julio Gabriel hasta que convenció a su madre Marbella Arias Hernandez.


Su hijo de 15 años quería aprender más del oficio, por lo que no dudo en enseñarle lo que ha ido conociendo en sus últimas dos décadas.


Así salieron ambos de su casa de la colonia Escolleras para tender las redes robaleras.


Al igual que sus compañeros, también le agradece al Creador porque les dió una oportunidad más de vida.

"Yo pensaba más en mi hijo, porque yo decía si acaso aguanto a lo mucho tres días porque está chamaco, aparte como lo tuve enfermito", dice Marbella cuando cruza el río Coatzacoalcos con rumbo hacia su hogar.


Por su mente, como la de los demás integrantes de la tripulación se imagino que nadie los iba a encontrar.


Mientras su hijo, en ese tiempo que permanecieron en altamar confiesa que nunca sintió miedo, porque estaba quien lo protegería, su madre.


EL RESCATE

Eran las dos de las tarde del martes cuando a lo lejos alcanzaron a notar que estaba una lancha.


En la mañana había pasado lo mismo, también a la distancia se topaban con otras embarcaciones, pero no lograban que los ubicaran.

Por más que movían las manos, gritaban, no encontraban la forma en que los localizaron.

Fueron los tripulantes de una lancha de la Marina que participaba en la búsqueda quien por el radar detectaron a la lancha "Ximena", justo cuando pretendían regresar hacia Coatzacoalcos.


Afortunadamente todos fueron encontrados sanos y salvos, solo un poco deshidratados, sin necesidad que fueran trasladados a un hospital.

 

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