Guerra de papás 2 (Crítica)

 

Un esfuerzo más solido que el filme original, pero que no trasciende la comedia genérica y efímera.

Título original:Daddy’s Home 2
Año:2017
Director: Sean Anders (Guerra de papás)
Actores: Mark Wahlberg, Will Ferrell, Mel Gibson, John Lithgow
Fecha de estreno:01 de diciembre de 2017 (MX)
 

Este año los papás más irreverentes de la pantalla grande son los encargados de inaugurar la temporada navideña de películas con Guerra de papás 2. Después del éxito en taquilla que probó ser la original en 2016, esta segunda entrega llega con el doble de padres… pero no necesariamente el doble de risas.

Dusty (Mark Wahlberg) y Brad (Will Ferrell), quienes (casi) han dejado atrás su lucha de egos, deciden unir esfuerzos para darle a sus hijos una Navidad inolvidable. Sin embargo, estos planes son puestos a prueba cuando el dúo dinámico se ve enfrentado a una tarea mucho más titánica que planear la Navidad perfecta: lidiar con sus propios padres. Don (John Lithgow), el padre de Brad, es un alma sensible que goza de una relación cercana con su hijo, mientras que Kurt (Mel Gibson), el progenitor de Dusty, es un papá mujeriego y desobligado que hace mucho no pasa tiempo con su hijo. Dos generaciones, los mismos problemas.

Guerra de papás 2, dirigida (al igual que la primera parte) por Sean Anders, nos presenta exactamente la misma fórmula que el filme original: el macho alfa que pelea contra el underdog por defender su territorio. Pero, esta vez, le agrega dos ingredientes nuevos a la mezcla con la melosidad de las festividades navideñas y la inclusión de Lithgow y Gibson para agregar una capa extra a la narrativa: la guerra de los abuelos. Sin duda, uno de los ganchos de la cinta es ver a Mel Gibson aventurarse en la comedia de “pastelazo”. Desafortunadamente, el actor nos queda a deber en esta exploración de su vena cómica en el papel del Don Juan/chico malo. A momentos, el también reconocido director se siente acartonado a la hora de entregarnos los chistes más subidos de tono de la película.

Aunque la mayor parte de la comedia proviene de la mancuerna entre Brad y Don –y en ponerlos en situaciones tan ridículas y exacerbadas que hacen a la audiencia encogerse de hombros y soltar las anheladas carcajadas– es cuando las cuatro estrellas de la cinta comparten escena y contraponen sus dinámicas de crianza tan dispares que la película logra proponer algo más que comedia fácil. Ciertamente, conocer a los abuelos nos da un contexto y una justificación detrás de las acciones de Brad y Dusty. Aunado a esto, la película maneja una serie de subtramas paralelas que le dan cuerpo al filme, como las peripecias del primer amor de Dylan, el hijo mayor de Dusty, y la rivalidad que también surge entre Sara (Linda Cardellini) y Karen (Alessandra Ambrosio)–quien, por cierto, sí tiene diálogos en esta segunda entrega–. Esto hace de Guerra de papás 2 un esfuerzo más sólido que la original, a pesar de seguir siendo una comedia genérica y efímera.

La culminación de la película, como es de esperarse, ocurre en la Nochebuena. Sin embargo, para este momento el guion ha explotado ya todos sus recursos cómicos, lo cual nos da como resultado un desenlace inverosímil y forzado. Afortunadamente, John Cena está aquí para salvar el día y su participación en esta parte del filme nos da ese comic relief necesario para despedir la cinta con buen sabor de boca.

Risas aseguradas…pero una historia destinada a ser olvidada en el momento que la audiencia abandone la sala de cine.

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  • Policías de repuesto(Adam McKay, 2010)
  • Un papá genial(Denis Dugan, 1999)
  • Club de la madres rebeldes(Jon Lucas, Scott Moore, 2016)
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Comunicóloga para quien el cine y la fotografía son las mejores maneras de ver la vida. Es fan de Sofia Coppola y la estética de Wes Anderson, añora décadas pasadas y piensa que todo el mundo debería irse en un road trip por lo menos una vez en la vida.

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