Imposible escapar al ojo de Facebook: la red social está comprando datos de tu vida fuera de la red

Pawel Kuczynski

A estas alturas todos sabemos que Facebook sabe cosas sobre nosotros debido al rastro de likes y reacciones que vamos dejando en la plataforma. Conforme vas dando "me gusta" a tráilers de películas, páginas de rescate de animales o cursos de inglés, la red social te asigna una serie de categorías que te perfilan como usuario. Y nada es inocente, porque la compañía de Mark Zuckerberg vende después todos esos datos a anunciantes que quieren conocer cuáles son tus intereses con el fin de hacerte llegar publicidad que, se supone, debería interesarte.

Pero lo que el gigante tecnológico sabe sobre ti no acaba aquí. Una investigación de Propublica advierte que, de cara a triunfar comercializando tus datos y a perfilarte aún mejor, Facebook está comprando información sobre tu vida en el mundo real. Facebook tiene constancia de qué haces cuando apagas el ordenador, sabe cosas como a qué sitios acudes a cenar, cuáles son tus ingresos o cuántas tarjetas de crédito pueblan tu monedero.

En la actualidad, la red social dispone de más de 52.000 atributos distintos para clasificar a sus usuarios. Aunque la mayoría se establecen por los propios clics de los internautas, 600 de ellos se definen por la información que Facebook compra a seis empresas (Acxiom, Epsilon, Oracle Data Cloud, Experian, TransUnion y WPP) encargadas de ofrecer datos acerca de los ciudadanos cuando no se encuentran navegando por Internet.

La mayor parte de la información que estas compañías proporcionan es de índole económica y se utiliza para meter a la gente dentro de categorías como 'Personas en hogares que tienen un ingreso familiar estimado entre los 100.000 y los 125.000 dólares', 'Activos líquidos totales de inversión de 1 a 24.999 dólares' o 'Personas que compran con frecuencia en tiendas low cost o tiendas de un dólar'. Sumando datos de aquí y allá, Facebook completa los perfiles de sus usuarios, para así facilitar una mejor y más precisa segmentación de su comunidad a los anunciantes.

 

 

Facebook compra datos privados de los usuarios a empresas para usarlos a la hora de clasificar a los individuos de su comunidad dentro de las 52.000 categorías que contempla

 

Si hace unos meses estallaba la controversia al darse a conocer que la red social permitía a los anunciantes ' discriminar por raza' a la hora de mostrar sus anuncios, ahora la polémica vuelve por la falta de transparencia en la práctica de comprar datos externos y la dificultad de impedir que Facebook se haga con ellos.

La razón se encuentra en que la plataforma estaría alegando que, como no es quien se encarga de recolectar esos datos y solo los compra, no es su responsabilidad cortar el suministro de esta valiosa información. En declaraciones a Propublica, el gerente de privacidad y políticas de Facebook aseveró:

"Nuestro enfoque de los controles para las categorías de terceros es algo diferente de nuestro enfoque para las categorías específicas de Facebook. Esto se debe a que los proveedores de datos con los que trabajamos generalmente hacen que sus categorías estén disponibles en muchas plataformas publicitarias diferentes, no solo en Facebook".

Dicho de otro modola red social se lava las manos y hace que sea tarea de cada usuario paralizar el flujo de datos que llegan a la plataforma. Si una persona quiere salvaguardar su privacidad, deberá ser quien contacte directamente y por separado con los brokers de datos que venden a Facebook, una misión costosa y sin garantías de éxito.

 

 

La ardua odisea la ejemplifica el caso de una periodista de Propublica. Después de que lograra identificar a los proveedores que estaban vendiendo 92 de sus datos personales a través de esta página, y se pusiera en contacto con ellos, en 65 casos le obligaron a identificarse para acabar con la práctica y le pidieron que proporcionara datos adicionales como su licencia de conducir y datos de su seguridad social. Y el papeleo ni siquiera pudo acabar con todos: tan solo consiguió paralizar el flujo de 31 de esos datos.

La organización Center for Digital Democracy lucha por que Facebook deje de violar la privacidad de unos usuarios a los que se les vigila, también, cómo es su vida en el mundo real. Sin embargo, a pesar de que emitió una queja a la Comisión Federal de Comercio estadounidense, no ha obtenido respuesta y la red social sigue actuando libremente. Parece ser que, de momento, encuentra trampas que le permiten salir ganando.

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