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Una mujer italiana de 21 años pasó tres años aislada por sudar sangre.  Estando s  umida en la vergüenza, sufrió depresión y ataques de pánico.

Un día dijo basta.

Al acudir al hospital sin heridas que pudiesen haber provocado el sangrado, los doctores florentinos quedaron enormemente sorprendidos. Después de examinarla, le dieron conocer el nombre de lo que llevaba demasiado tiempo atormentándola: hematohidrosis. Una afección rara cuya existencia aún despierta escepticismo entre parte de la esfera científica.

Más de un investigador ha llegado a sugerir que podría estar vinculada a la angustia y la paciente aseguró que sangraba de forma más intensa cuando se sentía angustida. Pero la escasez de estudios realizados en torno al tema hacen que su causa sea un completo misterio.

                                                                                                                                                                              CMAJ

Sin embargo, el amplio historial de ocasiones en las que se ha mencionado al sudor sanguíneo otorgan esperanza. Más allá del sentido religioso que se le da en el cristianismo con el famoso velo de Verónica, según declaraciones a Canadian Medical Association Journal (CMAJ), Aristóteles ya habló de ello en el siglo III a.C. y después lo hizo Leonardo da Vinci al informar de que un soldado había perdido sangre antes de una batalla. En 1996, dos médicos presentaron 76 casos que tuvieron lugar entre el siglo XVII y el 1980,y en 2009, 2010 y 2013 aparecieron otros tres más. La confirmación de la existencia de esta condición que hoy indica que la paciente italiana no está sola.

Ante unos análisis de piel de la jóven que, según informaron investigadores al (CMAJ), no fueron anormales, los doctores únicamente pudieron tratarla como se había hecho con otros casos: utilizado un fármaco para la hipertensión llamado Propranolol. No consiguió detener la hematohidrosis por completo, pero al menos apaciguó sus efectos.