La piel extremadamente fina de esta rana de cristal deja ver cómo late su corazó

Acaba de ser descubierta pero podría extinguirse debido a la explotación petrolera

rana corazón

En la selva ecuatoriana han descubierto una nueva especie de rana de cristal que expone su corazón. Su piel es tan sorprendentemente transparente bocabajo que deja ver cómo su pequeño órgano late.

El anfibio, hallado por investigadores de la Universidad de Quito junto a compañeros estadounidenses, se ha bautizado como Hyalinobatrachium yaku, que significa 'agua' en el idioma local Kichwa y se puede distinguir fácilmente debido a las características tan propias que presenta.

 

Además de dejar entrever sus órganos por la transparencia de su pecho y barriga, tiene unos puntos verdes oscuros en la cabeza y en el cuerpo y una forma de cantar larga que dura hasta cuatro segundos. Su comportamiento reproductivo también es inusual, ya que son los machos los que se ocupan de cuidar los huevos debajo de las hojas de árbol hasta que eclosionan.

Se han encontrado poblaciones en tres localidades de Ecuador separadas entre ellas a unos 110 kilómetros, por lo que se cree que su distribución podría extenderse a áreas del vecino Perú. Entre los grupos hallados, uno presentaba diferencias en su comportamiento y, en vez de vivir junto a corrientes, se resguardan bajo hojas de pequeños arbustos o helechos a más de 30 metros del flujo de agua más cercano.

Sin embargo, lo que comparten todas las ranas de cristal de esta nueva especie son las amenazadas que las ponen en peligro. La explotación petrolera que se realiza en su hábitat contamina el agua que necesitan para vivir y reproducirse. La degradación de su entorno y la construcción de carreteras también les perjudican. A poco más de un kilómetro de donde encontraron una población, había una vía asfaltada para la circulación de vehículos.

"Las ranas de cristal requieren tramos continuos de bosque para interactuar con poblaciones cercanas y las vías actúan como barreras para la dispersión de individuos transitorios", señalan los autores que han publicado su estudio en la revista ZooKeys.

Este fascinante anfibio que recién descubrimos resulta que ya lo estamos condenando a la extinción.

 
 

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