Llegan 15 mil invitados a su boda

Asan 400 pollos para el banquete; Tienen Maricela Reyes y Félix Hernández fiesta al estilo “Rubí”; convocatoria a través de redes sociales desborda presencia invitados; Llegan “Los Acosta”; padrinos secundan a novios y viralizan evento

POR GABRIELA RASGADO/CODIGOVERACRUZ.COM 
JALACINGO,VER.- / 2019-05-27

 
El olor de los pollos asados llenaba todo el ambiente, mezclándose con el de la tierra mojada. Las 400 aves, alimentaron a alrededor de 6 mil personas. Los frijolitos refritos y el arroz colorado, con las tortillas calientes, apaciguaron el hambre de los invitados. Y los no invitados también.

El frío ni se sentía entre tanta gente. Menos se sintió cuando, de acuerdo a estimaciones de los propios pobladores, se reunieron alrededor de 15 mil almas que cantaron y festejaron a Maricela Reyes y Félix Hernández.

La aventura, de la boda, empezó un año y medio atrás cuando después de 11 años viviendo juntos y con tres pequeños hijos, ambos decidieron que era hora de recibir la bendición del Señor, acompañados de unas 300 personas. 
Al final, serían miles y miles.

La del sábado, no fue solo una boda más en Ocotepec, Jalacingo. Fue la muestra más clara de desprendimiento, convivencia y alcance de redes sociales.

Virales

Todo empezó el 22 de mayo con una publicación en redes sociales de la página "Mi hermoso Jalacingo", que compartió la invitación a la unión matrimonial de Maricela y Félix.

"Atenta y cordial invitación para este sábado 25 de mayo en Ocotepec Jalacingo Veracruz a la boda de Maricela y Félix, además se presenta el grupo consentido de México y América 'Los Acosta'. Los esperamos". 

La publicación se replicó en cientos de páginas y perfiles de Facebook. El "post" también se amenizó con un video difundido por la propia agrupación originaria de San Luis Potosí.

En los comentarios, decenas de internautas recordaban los XV años de la joven Rubí, cuya celebración también tuvo un alcance inesperado. En este caso, solo enfatizaron que hacía falta la rifa de "la chiva" de 10 mil pesos, que no es otra cosa que una carrera de caballos.

Los esposos confirmaron que ni siquiera sabían de la invitación vía redes sociales y aunque al principio les tomó por sorpresa, al final quisieron compartir el momento con todos quienes llegaran.

"Al principio fue así, nosotros no sabíamos que estaban invitando pero pues después dijimos pues bienvenida toda la gente”, dice Maricela.

Félix la secunda:

"La invitación llegó a base de nuestros padrinos. Nosotros tenemos a nuestro padrino de velación, él platicó con los demás que son nuestros padrinos, se pusieron de acuerdo, hicieron sus movimientos y gracias a ellos vinieron el grupo de Los Acosta”, dice con emoción, pues señala también que es el grupo favorito de ambos.

La familia Hernández Reyes sabe que las redes sociales podrían jugarles un volado. Preparar mucho para esperar a un número indeterminado de personas, o preparar solo lo necesario para sus parientes invitados. El desprendimiento de lo material, fue más fuerte.

"Nosotros somos solidarios. Nosotros toda la gente que venga, bienvenida pues además -tocará- un grupo que por esta zona no ha venido". 

Y sí, todos fueron bienvenidos y alimentados. Mientras algunos invitados entregaban los presentes a los novios, a la vuelta del campo, siete personas asaban y asaban pollos.

La comida principal fue marinada una noche antes y empezó a ser preparada desde las 9 de la mañana de ese sábado, pues cada pollo tarda una hora en asarse. Para su cocción, fueron usadas tres parrillas de 24, 32 y 36 pollos de capacidad. Luego, a cortarlos en diversas piezas.

Una enorme hielera blanca conservaba el calor de los alimentos y tres mujeres los ponían en los desechables. Las cubetas de 20 litros repletas de frijoles refritos y las vaporeras de arroz colorado parecían interminables pese a tantos platillos servidos.

A un costado, una mujer hacía otra paila de arroz, al calor de un fogón que le ayudaba a menguar el frío de la zona montañosa de Jalacingo.

Media docena de personas más repartían las tortillas calientes a los comensales que abarrotaron unas largas mesas dispuestas en el lugar. Solo unos minutos, para que se volvieran a llenar. Los asientos ni falta hicieron, pues como soldados, muchos comieron de pie. 

Otro tanto de personas repartían en cubetas pequeños refrescos de cola por aquello de la atorada. Y cuando apenas empezabas a ponerle una deliciosa salsa roja a tu comida, ya estaba frente a ti la charola repleta de platos con pastel, para que tomaras tu porción.

Los 30 pisos de pasteles adornados con fresas y duraznos endulzaron -y llenaron- el estómago de los asistentes, mientras varios niños corrían y jugaban en el lugar.

Los perritos que llegaron también se fueron bien alimentados y no se movieron de ahí hasta que el último pollo fue asado, después de las 10 de la noche, 13 horas después de haber iniciado.

Hacia las 8 de la noche, una camioneta irrumpió la tranquilidad en la que todo transcurría.

"Llegaron Los Acosta”, gritó alguien y al mismo tiempo, un remolino de adultos y niños provistos de teléfonos celulares con cámaras preparadas, rodearon el vehículo. Vaya, la emoción era tal, que hasta grabaron la llegada de la planta de luz para el concierto.

Pero de Los Acosta no se supo más, salvo cuando un pequeño tocó una de las ventanas de la van y uno de ellos se asomó. Todos gritaron de emoción pero las estrellas de la cumbia y la balada romántica, permanecieron en su transporte.

Al rato, solo el chofer, que llegó comiendo churros, se bajó a deleitarse con su platillo de pollo asado, arroz y frijoles.

En el escenario, uno de los tres grupos cantaba lo mismo cumbia colombiana que música banda o corridos. El sitio se llenaba cada vez más.

A la misma hora, aquello era una verdadera verbena: la gente llegaba y llegaba para ver el brindis, el vals familiar y conocer quién se quedaría con el ramo. En los alrededores, la venta de churros, esquites, elotes, sopas, algodones de azucar e incluso ostiones, recordaban las ferias populares y hasta la playa.

Maricela y Félix bailaron con sus padrinos, familias e hijos y brindaron con ellos. De a poco, las mesas que fueron habilitadas en un área cerca del escenario, solo para los invitados, se empezaron a ocupar. Todos hablaban que a la medianoche, saldría la agrupación favorita de la familia Hernández Reyes. 

Así fue. Personas de la Ciudad de México, de Puebla, de Chiapas, e incluso de estados del norte se dieron cita en la boda. Llegaron avecindados de Perote, de Altotonga, de Xalapa, de Martínez de la Torre, de Tlapacoyan. Unos antes, otros después pero a tiempo para desgastar la suela del zapato.

El segundo grupo de la boda tocó para unas 8 mil personas que al cabo de unos minutos se duplicaron, y que minutos después de la medianoche ya grababan con sus celulares las canciones del llamado grupo consentido de México.

Más tarde, los novios subieron al escenario. Y la canción favorita de ambos "El amor de mi vida", fue interpretada por su agrupación consentida. Abrazados, bailaron:

"Cuando habla el corazón, no se puede ocultar un sentimiento así. Nada más fuerte que este amor que estoy sintiendo hoy por ti. Miro nervioso el reloj, sé que ella va a venir. Estoy temblando de emoción, por vez primera soy feliz. Ella es el amor de mi vida". 

Entre aplausos y ante miles de personas de testigos, la boda que se viralizó en Veracruz, llegó al desenlace de su primera parte hacia las dos de la mañana de este domingo. Porque hubo recalentado, pero esa es historia aparte...

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