El mundo del balompié está de luto, y no lo decimos por la humillación que recibió el Barcelona a manos del Liverpool, sino porque uno de los personajes más populares del manga Captain Tsubasa acaba de morir a manos de su mejor amigo: el balón.

Así es, en el número más reciente de la revista Grand Jump, recién lanzado en Japón, vemos un nuevo capítulo de Captain Tsubasa: Rising Sun -la más nueva serie de los personajes de Yōichi Takahashi- en el que vivimos una de las más grandes tragedias que se han visto en la serie. En Rising Sun vemos, por enésima ocasión, a la selección japonesa de futbol intentando ganar un torneo internacional, en esta ocasión se trata de los Juegos Olímpicos de Madrid.

En este manga ya vimos a Oliver (Tsubasa) visitar Toluca para un juego amistoso con la selección olímpica de Nueva Zelanda (es en serio), y luego jugar contra México en el Estadio Azteca. Al llegar a los Juegos Olímpicos para defender a su selección, Oliver se enfrenta contra Holanda, Argentina y Nigeria. En fase de eliminación directa, Japón juega contra Alemania, capitaneada por el inmortal Karl-Heinz Schneider.

Después de más de 30 capítulos, el partido llega a un momento dramático cuando Schneider lanza uno de sus tiros super poderosos que tiene todo para terminar en la red. Lamentablemente para todos, el gol no se concreta por el sacrificio de Andy Johnson (Jun Misugi), que detiene el balón con el pecho. Como todos los fans del manga y el anime de Super Campeones saben, Andy tiene problemas cardiacos, por lo que detener el balón es demasiado para su pobre cuerpo.

En el último panel del episodio vemos a Andy sacado de onda porque todos sus amigos están reunidos alrededor de alguien, cuando se acerca descubre su propio cuerpo y unos angelitos rodean su cuerpo. Sí, el alma de Andy dejó su cuerpo y clínicamente está muerto. Si bien la escena es similar a la muerte de uno de los personajes de Club de Cuervos, todavía es pronto para saber si su deceso será definitivo. Así es, se trata de un cliffhanger que nos deja en suspenso, pero todavía podrían salvar los paramédicos a Andy.

Eso sí, desde los años ochenta Andy tenía prohibido seguir jugando futbol, así que, si llega a morir definitivamente, murió donde más disfrutó estar: la cancha de futbol.