Molotov, en acústico pie de lucha

La fundamental banda de rock mexicano hace una revisión y reinterpretación de sus canciones más épicas, irreverentes y contestatarias en versión acústica.

 

EL 22 DE DICIEMBRE DE 1997 México despertó con la noticia de la matanza de 45 indígenas en Acteal. En ese entorno crecientemente represivo, la banda Molotov acababa de lanzar ¿Dónde jugarán las niñas?, su primer álbum en estudio que supuso un manotazo del rock mexicano al establishment sociopolítico. Las letras de algunas de sus canciones cuestionaban el rol de algunos medios masivos de comunicación —“que no te haga bobo Jacobo”— o enganchaban a corear estrofas furiosas como la de “si le das más poder al poder, más duro te van venir a coger”, de su emblemática “Gimme the Power”, que se volvió el himno de una generación cansada del mal gobierno.

A poco más de 20 años de esa irrupción musical, una de las bandas más longevas e importantes del rock mexicano hace una revisión y reinterpretación de sus canciones más épicas, irreverentes y contestatarias, en versión acústica para MTV, bajo el título El desconecte.

FOTO: UNIVERSAL MUSIC

—Dos décadas después de “Gimme Tha Power” ¿seguimos dándole más poder al poder?

—Eso nos lo preguntaron hace 20 años —responde Micky—; el poder o quién tiene el poder y qué hace con él es atemporal. Ahorita sigue siendo vigente y es un bajón para nosotros, siempre hay que batallar con injusticias.

“Yo voté por López Obrador —interviene Tito—, pero en cuanto ganó se convierte en mi enemigo, a estar pendiente de que sí se ponga a trabajar. Todos son corruptos, pero estaba ya demasiado grave [la situación] con el PRI: era lo más agudo y descarado que hemos vivido en corrupción. Espero que ahora ya tengamos a alguien que le ponga freno”.

—Tito, ante el actual panorama político, ¿han perdido la energía de hacer canciones con protesta y sin pelos en la lengua?

—No, porque la circunstancia se ha adaptado a nosotros; hacemos canciones que tienen que ver con lo que nos rodea, el concepto del poder se convierte atemporal, sigue siendo vigente, imaginamos un mundo menos distópico. Hacemos todo lo que cualquier ciudadano, nos formamos para sacar el IFE y vamos al súper, nos afecta lo que vivimos como a cualquiera y eso es lo que plasmamos en nuestras composiciones.

—¿Qué ha cambiado desde su disco Dónde jugarán las niñas?

“Si sacáramos ese disco en estos días, muchos más se ofenderían —contesta Micky—. Ahora todos están más sensibles y con las redes sociales todos te acribillan por decir algo o no decirlo. En ese tiempo fuimos esa voz que hacía falta escuchar y salió natural hacerlo. Y lo que se nos ocurría coincidía con lo que le gustaba y necesitaba la gente.

—¿Qué supuso enfrentarse a sus canciones en acústico?

—Pues así, las tocamos y ya, era lo más fácil, nada más nos desconectamos —responde Tito entre risas.

Micky agrega: “Había canciones que las tocamos para escuchar cómo sonaban en acústico y hubo un par que sonaban así muy bien y otras que les dimos un swing distinto, donde hicimos arreglos para hacer ritmos más experimentales y pasar de canciones estridentes o distorsiones al acústico, pero sin perder fuerza. Ese fue el gran reto y creo que lo hicimos muy bien”.

—¿Qué fue lo último que escucharon que les voló la cabeza?

—El último de Ty Segall y la onda sicodélica de rock en México —dice Tito.

—Si Molotov fuera una persona o un señor, ¿cómo sería, quién sería?

—Sería “Luis Miguel bis”, un señor físicamente horrible y desagradable como una tortuga ninja, un güey con la cara de todos nosotros —revira de nuevo Tito.

—¿Cuándo fue la última vez que dijeron: papá, no soy feo?

—Hace una mes, cuando mi papá me dijo: “Ya vi que eres artista” —dice Tito.

Interviene Micky: “Con mi última foto que vi en Instragram sí dije: “Papá, no soy feo”.

—¿La última vez que se encontraron con un verdadero charolastra?

—En cualquier partido del Pumas, en la porra siempre te encuentras a un charolastra —responde Micky.

—¿Cuándo fue la última vez que sintieron que le dieron más poder al poder?

—Este pasado 1 de julio y cada vez que votamos. 

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