Así explicó Pavel Durov, el fundador de Telegram, sobre esta decisión:
Un mensaje antiguo que ya olvidó puede sacarse de contexto y usarse en su contra décadas más tarde. Un mensaje rápido que enviaste a una novia en la escuela puede venir [para] perseguirte en 2030 cuando decides postularte para alcalde. Tenemos que admitir: a pesar de todo nuestro progreso en el cifrado y la privacidad, tenemos muy poco control real de nuestros datos.
Esta característica no se aplica solamente a tus propios mensajes. Curiosamente, cualquier usuario en un chat puede borrar cualquier mensaje. Y la eliminación de un mensaje no requiere el consentimiento del otro usuario, ni genera una alerta de que se eliminó un mensaje o que falta un marcador de posición para indicar que falta algún medio.
Asimismo, incluyeron la característica para restringir mensajes que se reenvían:
También hemos introducido una forma de restringir quién puede reenviar sus mensajes. Cuando esta configuración está habilitada, sus mensajes reenviados ya no regresarán a su cuenta, solo mostrarán un nombre que no puede hacer clic en el campo “desde”. De esta manera, las personas con las que chateas no tendrán una prueba verificable de que hayas enviado algo.
Es interesante porque algunos pueden interpretar esto como abuso de poder, ya que alguien puede borrar algo sin tu consentimiento. Sin embargo, hay que reconocer que Telegram está intentando y buscando una manera de proteger a sus usuarios.