PADRES SEPARADOS, HIJOS AGRESIVOS, ADVIERTE PSICÓLOGA DE LA SOTAVENTO

*La académica Carolina Hernández López expresa que los padres no pueden traer al niño como un balón, “de que llévatelo tú, tráemelo o te lo presto”

Coatzacoalcos, Ver.- Cuando los padres se separan, los niños por lo regular se vuelven agresivos y hasta enfrentan sentimientos de culpa, alertó Carolina Hernández López, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sotavento.
Destacó que los papás deben explicarles a los niños que no son culpables de la separación para que ellos no se vean afectados en su desarrollo escolar y en la relación con sus amigos.
Advirtió que en muchas ocasiones el niño supone que la separación de sus padres deriva porque ellos han dejado de quererlo porque hizo algo y así es como enfrenta sentimientos de culpa.
“A partir de cómo el papá va manejar la situación es como el niño se va desarrollar, pero no pueden traerlo como balón, de que ´llévatelo tú, tráemelo o te lo presto´”, expresó la catedrática.
Recomendó que los padres de familia deben coordinarse bien en cuanto a las obligaciones con los niños para que sobrelleven de la mejor manera el dolor de la separación.
Hernández López expresó que los niños tienen la capacidad de enfrentar cualquier situación de cambio en sus vidas y que es preferible la separación a que crezca en un ambiente hostil, de violencia o infidelidades por algunas de las partes.
Comentó que los psicólogos deben identificar las emociones de los niños que se ven afectadas cuando un padre habla mal del otro o viceversa y eso provoca sentimientos de enojo en los infantes.
Informó que existen talleres y grupos de ayuda para padres separados que les sirve para comprender que ya no volverán a estar juntos.
“Para los adultos es difícil aceptar cuando algo se termina, cuando algo cambia, porque no estamos acostumbrados a perder o a que nos digan que no”, dijo.
Añadió que los padres separados primero deben vivir su proceso de duelo, luego atender el proceso de duelo con su hijo y entender que tienen la capacidad de adaptarse y que una separación no significa que la vida termina ahí.
“Significa que podemos seguir aprendiendo, adaptarnos, así como un pequeño se adapta a nuevos ambientes, nosotros como adultos también. La vida no se acaba y a partir de eso pues debemos seguir viviendo, siendo mamá, siendo papá”, abundó.
La académica subrayó que en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sotavento los estudiantes de semestres avanzados aprenden a tratar las patologías que surgen en los hijos de padres separados.
“Los estudiantes aprenden a cómo ayudar, por ejemplo, en esta parte del niño que no quiere bañarse, que no quiere comer, que ya iba al baño y se vuelve a hacer pipí en la ropa o los niños que de repente en la escuela hacen berrinche”, puntualizó.

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