Pan pal susto, el refrán mexicano que levanta los ánimos después del terremoto

Un diálogo con dos amigos mexicanos para entender por qué la reacción natural de la gente fue llenar los puestos de comida callejera

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Sobre las ocho y media de la noche del 19 de septiembre (hora española), hablaba con un amigo mexicano cuando de repente me escribió esto:

“Otro sismo”. El mismo día, por casualidad, del terremoto de 1985, el más mortífero de la historia del país. Le pregunté a otro amigo si se encontraba a salvo:

Ambos se encontraban bien. Pero este terremoto ha sido devastador: la cifra de muertos a estas horas supera las 230 víctimas y los daños en edificios son enormes. Se solicita ayuda humanitaria en forma de agua, alimentos no perecederos, material médico y herramientas.

Octavio Mena

 

 

A pesar de la desgracia, los mexicanos hicieron gala de su humor para recargar los ánimos para seguir luchando contra las consecuencias de la catástrofe. Porque de nuevo, como en el último terremoto, imperó el refrán “pan pal susto”, una dicha de las madres mexicanas que recomiendan prevenir cualquier estrago que cause una angustia con un bolillo, un taco, unos esquites.

 

O por lo menos eso me contaban, que ante el corte de electricidad, la gente tuvo que salir a la calle y andar hasta su destino y, de camino, ya que era el mediodía, se pararon en los changarros o puestos de comida callejera. Porque, ante la incertidumbre y tras el sobresalto, el estómago pide un poco de consuelo. Es curioso pensar que parecía el lugar más seguro. Incluso más que tu propio hogar. 

 

Y en las redes, como pasó con el último terremoto, en septiembre, los internautas se esforzaban para sacar una sonrisa de ánimo en esas horas difíciles donde puede haber una réplica del sismo: 

Fue con ocasión del terremoto de 2015 que se viralizó esta expresión, que no fue del agrado de todos, ya que algunos restaurantes la usaron para hacer publicidad en un momento poco adecuado.

 

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