Por primera vez en 100 años avistan un leopardo negro en Kenia

En 1909, una fotografía tomada en las inmediaciones de Addis Abeba, Etiopía, confirmó la existencia de los leopardos negros, una peculiar especie de felinos con melanismo, que es un exceso de pigmentación oscura en un animal. Dicha foto fue almacenada en el Museo Nacional de Historia Natural en Washington, DC. Desde entonces no se volvió a ver otro ejemplar.

Esta semana, un siglo después del primer avistamiento, otro ejemplar de esta especie fue captadas por las cámaras de los biólogos en los bosques de Loisaba Conservancy, en Kenia.  Las imágenes muestran a una joven hembra de la especie viajando con un leopardo más grande, normalmente de color, que presumiblemente es su madre.

La existencia de los leopardos negros se ha reducido en menos el 66 por ciento, debido a la pérdida de hábitat y la disminución de presas. Hasta el momento, su existencia había sido tomada como una leyenda, dado que muchos habitantes de Kenia juraban haberla visto, pero es hasta ahora que se tienen pruebas científicas del hecho.

“Casi todo el mundo tiene una historia sobre ver una, es algo tan mítico. Incluso cuando hablas con los hombres mayores que fueron guías en Kenia hace muchos años, cuando la caza era legal -en los años 50 y 60-, se sabía que no cazabas leopardos negros. Si los veías no los tomabas”, explicó Pilfold, del Instituto de Investigación para la Conservación del Zoológico Global de San Diego.

Hay nueve subespecies de leopardo que viven desde África hasta el este de Rusia. Y mientras que el 11 por ciento de los leopardos que viven hoy en día se cree que tienen melanismo, la mayoría se encuentran en el sudeste asiático, donde los bosques tropicales ofrecen una gran cantidad de sombra.

En Kenia los leopardos negros a veces denominados “panteras negras”, un término general que se refiere a cualquier gato grande con un abrigo negro, parecen ocurrir en matorrales semiáridos.

“Nuestros leopardos viven en ambientes de tipo sabana , por lo que tener un melanismo extra no les da una ventaja de adaptación”, dice Naude, aunque su pigmentación es muy útil durante sus largas cacerías nocturnas.

Los investigadores creen que el hecho de que la joven estuviera con su madre también sugiere que su coloración única no ha tenido un impacto en el vínculo familia.

 

FUENTE National Geographic

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