La diferencia esencial entre Batman y el Joker es que el primero aprendió a convivir con sus traumas. Después, cada uno a su manera, construyeron sistemas de valores antagónicos. Pero el punto de partida fue el mismo. O al menos eso defiende la Superheroe Therapy, una terapia que emplean algunos psicólogos para, a través de las historias de estos héroes, ofrecer un catálogo de respuestas inspiradoras al pasado traumático de sus pacientes.

La pregunta es, ¿cómo edificamos sobre el lodazal de nuestra infancia? Aquí van algunos ejemplos.

Bruce Wayne contempló el asesinato de sus padres. Y terminó combatiendo el crimen. Peter Parker se sobrepuso al asesinato de su tío para construir un mundo más justo. Clark Kent reaccionó a la destrucción de su planeta convirtiéndose en ejemplo de virtud. Los X-Men funcionan como alegoría de un holocausto fallido en el que los oprimidos tienen medios para defenderse.

Más allá del manoseado “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, los universos de Marvel o DC Comics encierran lecciones que ayudan a crecer, querer ser mejores o, simplemente, salir del atolladero emocional.

La doctora Janina Scarlet, titulada en Psicología Clínica y autora del libro Superheroe Therapy, lleva años sacando a los héroes de las viñetas para ponerlos a dialogar con sus pacientes, y entre ellos hay un sector especialmente propenso al trauma: los veteranos de guerra.  

Lejos de la retórica de guerra, repleta de eufemismos, y la filmografía bélica extraordinariamente explícita, el cómic de superhéroes propone conflictos identificables, dulcificados y fáciles de digerir. Además -más importante aún- les entrega una coartada anímica.  

“Al igual que nosotros, muchos superhéroes luchan con pérdidas y problemas de salud mental. Lo que hace que que estos sean excepcionales es que a pesar de sus luchas, consiguen estar en contacto con lo más importante para ellos, ayudar a los demás”, reflexiona la doctora Scarlet.

Así pues, si arrastras un trauma pegado a la espalda, abraza a un superhéroe y déjate llevar. Quizás no lo superes, pero con un poco de suerte terminarás amasando millones al estilo de Industrias Wayne.

[Vía NewStateman]