Según este estudio, la gente tiene más miedo del sexo que de los accidentes de auto

A pesar de todo, los accidentes viales matan a más personas que las enfermedades de transmisión sexual

Condones de colores miedo al sexo

Si te preguntaran de qué es más probable morir: por VIH o por un accidente de auto, ¿qué responderías? Seguramente lo primero, como la mayoría de las personas que participaron en este estudio. Algunos de sus resultados son muy interesantes, pues muestran que la casi todos le temen más a morir por una enfermedad de transmisión sexual como el VIH que por un accidente de auto. Y a pesar de todo, este último se lleva más vidas al año.

Un estudio realizado en la Universidad de Michigan entrevistó a varias personas para saber qué pensaban que era más probable, si morir de VIH o de un accidente de auto. El resultado mostró que quienes creen que morir de VIH es más probable son mayoría. En concreto, el promedio arrojó que 71 de 1,000 entrevistados creían que una enfermedad de transmisión sexual es más mortífera, mientras que solo 4 de 1,000 decían lo mismo de los accidentes viales.

Y no solo es que los participantes estén en lo equivocado, sino que perciben las cosas completamente de cabeza. Pues según información del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos muestra que la probabilidad de morir en un accidente de auto es 20 veces mayor que la de morir por haber contraído VIH en una relación sexual no protegida.

Los científicos a cargo del estudio creen que esto se debe al estigma que hay en torno a la vida sexual y las enfermedades de transmisión sexual y especialmente el VIH. “Parece que como cultura hemos decidido que el sexo es algo malo y que hay que temerle”, comentaron.

Por otro lado, Shaun Miller, un filósofo de la Universidad de Marquette que estudia los comportamientos sexuales y el amor en la cultura occidental, piensa que “el estigma se origina de prejuicios morales. La sexualidad siempre ha estado relacionada con la moralidad de las personas, y si alguien tiene una enfermedad de transmisión sexual los demás piensan que su moral está ‘infectada’ también.”

VÍA The Atlantic

 

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