Trump da un discurso sobre el islam y olvida todo lo que dijo en campaña

Adiós a la retórica islamófoba. Hola mensaje de "amistad, esperanza y amor".

Trump ganó las elecciones bajo el mantra de que acabaría con el terrorismo, y como solución cerró las fronteras a siete países musulmanes, una vez que ya estaba en la Casa Blanca. En cambio, este fin de semana en Riad, después de firmar el mayor contrato armamentístico de la historia estadounidense y de bailar danzas tradicionales con los saudíes, envió un mensaje de unidad contra el terrorismo.

Washington no está en guerra con el islam. Esa era la idea que el presidente de Estados Unidos quiso transmitir a sus amigos de Arabia Saudí, durante un viaje de negocios. "La batalla contra el terrorismo es entre el bien y el mal" señaló Trump y aclaró que "no es una batalla entre diferentes religiones, diferentes sectas o diferentes civilizaciones", al mismo tiempo que urgía a las naciones musulmanes a expulsar a los terroristas de sus territorios.

 

"Expúlsenlos", dijo Trump. "Expulsen a los terroristas. Expulsen a los extremistas. Expúlsenlos de sus lugares de oración. Expúlsenlos de sus comunidades. Expúlsenlos de su tierra santa y expúlsenlos de la Tierra", recalcó.

Trump se alejó de la retórica islamofóba que recitó durante la campaña. Olvidó sus frases de "creo que el islam nos odia" y de su propuesta de " prohibir de forma completa la entrada de todos los musulmanes en EEUU". También obvió sus críticas repetidas a Obama por negarse a usar el término "islam radical" y "terrorismo islamista". En cambio reconoció que el islam es una de las grandes religiones y que los países musulmanes son los más afectados por el terrorismo. Además, por primera vez puso distancia entre el islam y los radicales, a los que calificó de "soldados del mal" sin legitimidad religiosa.

En su primer discurso en suelo extranjero, que también tenía como objetivo exponer el potencial de Estados Unidos en el mundo, Trump dijo que el no había realizado ese viaje para adoctrinar a nadie sobre su fe o estilo de vida y aseguró llevar un mensaje de "amistad, esperanza y amor", que proclamó ante mandatarios de 55 países musulmanes.

Por su parte, el rey Salman no culpó a ninguno de los países musulmanes de propagar el terrorismo, y señaló directamente a su principal rival, Irán, de financiar a organizaciones terroristas. Es así, que aprovechó su discurso para pedir un "boicot internacional" contra el país chíita. "Todos los países deben aislarlo", terminó por afirmar el monarca.

"El régimen iraní, las milicias chiitas hutíes de Yemen, la milicia terrorista Estado Islámico, Al Qaeda y otros utilizan la religión como pretexto para sus maquinaciones criminales", según Salman.

 
 

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