Un empresario de la Costa Azul, cuyo nombre no ha trascendido,  le pidió prestado el móvil a su mujer para pedir un taxi a través de Uber. Ella, cómo no, se lo prestó encantada. Ninguno de los dos imaginaba cómo aquel momento aparentemente insignificante cambiaría sus vidas.

Después de pedir su taxi, el hombre cerró la sesión en el móvil de su mujer. Pero, en este caso, la prudencia que tantas otras veces le había salvado no le sirvió de nada.

Por un fallo informático de Uber, a partir de ese momento todos los desplazamientos que François hacía con la compañía de transporte se remitían también al teléfono de Charlotte: el nombre del chofer, la hora de llegada, la matrícula... Sin que él lo supiera, sus aventurillas empezaron a llegarle a través de notificaciones al móvil de su mujer, que acabó sospechando que su marido le estaba siendo infiel.

Según ha publicado el diario Le Figaro, después de una temporada viendo en la pantalla las idas y venidas de su marido, Charlotte acabó por pedirle el divorcio.

El hombre considera que la compañía es la responsable de que su matrimonio se haya ido al traste, y reclama a Uber 45 millones de euros para compensarle por todo este entuerto. El Tribunal de Grasse, en la Costa Azul, celebrará una primera audiencia sobre este caso el próximo mes.

Según ha indicado La Figaro, este fallo ha afectado a las versiones iOS the iPhone anteriores a la actualización del 15 de diciembre, pero no a las de Android.