Una gotita de saliva para detectar uno de los cánceres más letales para las mujeres

Se diagnostican 240.000 casos de cáncer de ovario anualmente, casi siempre tarde porque discurren sin producir síntomas. Hablamos con dos investigadoras del Hospital Vall d'Hebron que buscan detectarlo precozmente en la saliva

ASTRID OTAL

29 NOVIEMBRE 2017 06:00

 

 

 

ASTRID OTAL

29 NOVIEMBRE 2017 06:00

   
 

“Llevo un tiempo intentando escribir esto, pero la morfina y la falta de hamburguesas jugosas (creo que ya van cinco semanas sin comida de verdad) me han dejado sin energía y han interferido con lo que me queda de capacidad de prosa”.

A muchas, qué era eso del cáncer de ovario nos llegó por sorpresa. La escritora Amy Krouse Rosenthal escribió una columna el pasado marzo en el New York Times que se titulaba ‘Deberías de casarte con mi esposo’. Krouse se despedía. Hacía un año y medio que lo que creían que era apendicitis resultaba ser cáncer de ovario. Según una base de datos mundial de 2014, se diagnostican aproximadamente unos 240.000 casos nuevos en todo el mundo. En España, las cifras hablan de 3.300 diagnósticos anuales.

No es el más frecuente, pero aún así es la quinta causa de muerte por cáncer en las mujeres y el más mortal de los cánceres ginecológicos. Al cáncer de ovario, tan silencioso e imperceptible al inicio, se llega tarde. Y eso es lo que se quiere evitar.

Más lejos de las salas de la morfina, en el laboratorio del Instituto de Investigación (VHIR) Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, el grupo de Investigación Biomédica en Ginecología liderado por el Dr. Antonio Gil, está estudiando si la saliva podría servir para detectar esta enfermedad. Hablamos con la Dra. Anna Santamaria, investigadora principal del proyecto, y con la Dra. Blanca Majem sobre un cáncer desconocido y lo que podría verse en el fluido de nuestra boca.

 

¿Apendicitis? ¿Puede engañar y parecer una apendicitis?

Puede aparecer como un dolor abdominal incierto, sí. No obstante, la apendicitis cursa con un cuadro agudo, que una vez descartado provoca que se investiguen otras posibles causas del dolor abdominal, entre ellas el cáncer de ovario. El problema es que el cáncer de ovario es muy asintomático y cuando ya presentas síntomas claros es porque ha llegado a estadio avanzado.

No es claro.

No. Se asocia a una presión en el abdomen, dolores gastrointestinales, que estés estreñida o con más gases. Pero esos síntomas son comunes en cientos de cosas y no lo atribuyes específicamente. Cuando llegas a un centro de salud con esos dolores, que es porque ya está esparcido por los intestinos o el peritoneo (la capa que cubre el abdomen), te suelen derivar al gastroenterólogo. Al ginecólogo te acaban enviando tras muchas pruebas. Se alarga. De 1.000 mujeres que acuden a los servicios de Urgencias por un hinchazón abdominal, sólo una o dos son diagnosticadas de cáncer de ovario.

Y luego, ¿qué?

El diagnóstico actual depende de un examen pélvico, se palpa por encima de la barriga por si hay irregularidades o bultos por líquido acumulado. Si hay sospechas, viene un TAC o una ecografía, o ambas. Luego un análisis de sangre, que en la actualidad no permiten identificar el cáncer de ovario en estadios iniciales y en avanzados tampoco ayuda siempre. Con las ecografías se observa, pero no en los inicios. Para confirmar o descartar el diagnóstico, sí o sí, se debe hacer cirugía.

 

¿Qué clase de cirugía?

Lo normal es que al principio se trate de una laparoscopia, una cirugía poco invasiva y que no supone una gran herida. Son tres o cuatro perforaciones: por una va una cámara con la que ven el panorama y, a través del otro agujero, van los utensilios para resecar el tumor, quitarlo. Como el ovario no es una órgano al que puedas hacer una biopsia, necesitas una cirugía mínima.

¿Qué es lo que ven con esa camarita?

Dos cosas. O abren, ven rastros milimétricos de tumor muy focalizados en zonas del abdomen y proceden a su eliminación. O abren y se topan con un cáncer que salpica toda la pared del intestino, la cavidad del abdomen y todos los órganos. Claro, extraer todo el abdomen no lo pueden hacer. Entonces cierran, dan quimio durante tres meses para disminuir la dispersión del tumor y luego operan.

 

La Dra. Blanca Majem Cavaller (post-doc que realiza el proyecto) y la Dra. Anna Santamaria Margalef (investigadora principal)

 

¿No basta con la quimio?

No, se extirpan las partes afectadas, como los ovarios, las metástasis en el abdomen y los ganglios. Son cirugías muy extensas casi siempre.

 

El tumor es silencio en el ovario. Solo cuando se extiende por el resto de órganos, aparencen los síntomas. Entonces ya es demasiado tarde

 

 

¿Todas somos objetivo de padecer cáncer de ovario?

Desafortunadamente. No es un tabaco-cáncer de pulmón. De momento no se conocen factores de riesgo claramente asociados. Se corre más riesgo con la edad, mayores de 55, pero puede aparecer a los 35. También hay factores genéticos, pero no están súper establecidos. Exceptuando dos genes, BRCA1 y BRCA2, que dan susceptabilidad.

¿Cuál es la supervivencia?

En estadio inicial, un 90%. En estadio avanzado, apenas un 20% sobrevive más de cinco años.

Está el grave problema de que reaparece si es cáncer avanzado. ¿Por qué?

Alrededor del 85% de las pacientes con cáncer de ovario avanzado recaen. Que quede lo que se conoce como tumor residual cero (TR0) depende del profesional que opera y de lo que vea, que no es sencillo. Puede haber alguna célula cancerígena, que no la ves si no es bajo microscopio, y a la larga que se despierte y te genere una metástasis en otro lado.

 

Cáncer de ovario

 

 

 

Habladnos de la saliva. ¿Cómo es posible que sirva para detectarlo cuando aún no se ha manifestado con síntomas?

La hemos utilizado como biofluido que puede reflejar su presencia. Se ha visto su utilidad para detectar el cáncer de mama, de páncreas y hay un grupo en EEUU que está investigando si podría servir para cáncer de estómago. La hipótesis es que la saliva es un ultrafiltrado de la sangre en la que puedes apreciar cosas que igual en la sangre están enmascaradas por la albúmina, la proteína principal, o por otras células abundantes de la sangre.

La hipótesis es que la saliva alberga moléculas que viajaron desde la célula tumoral a la sangre y luego a la saliva. Se podría ver ahí

Dentro la saliva, hemos apostado por mirar el ARN. En concreto, unas moléculas diminutas llamadas microARN porque son estables en circulación y en varios fluidos del cuerpo (orina, saliva) y que no se degradan ni por bacterias ni otros microorganismos o enzimas. La hipótesis es que estas moléculas viajan por todas partes. Así que pueden salir desde la célula tumoral, pasar a la sangre y terminar en la saliva.

¿Y es así?

Hicimos lo que en ciencia se llama una primera fase de descubrimiento y tuvimos resultados muy prometedores. La Agència de Gestió d'Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR) de la Generatitat de Catalunya nos ha financiado este año una segunda fase del proyecto y ahora estamos en fase validación. Cogimos muestras de saliva a las pacientes antes de que entraran en quirófano. Había mujeres en fase temprana, avanzada y otras que resultó que no tenían la enfermedad. Mediante técnicas de secuenciación masiva, comparamos las diferencias en el ARN y lo que vimos es que existen moléculas que estaban aumentadas en las enfermas tanto en estado temprano como tardío. Esa podría ser la señal, pero necesitamos confirmarlo con más pacientes de otros hospitales.

 

 

La saliva podría servir como prueba de detección precoz del cáncer de ovario

 

¿Qué cambiaría?

Ahorraría al sistema de salud un montón de tratamientos de quimioterapia porque mejoraría el diagnóstico precoz. En estado avanzado se dan hasta cuatro tipos de quimios en un año y medio, lo que supone un coste de millones para la salud pública. En cambio, en estadio inicial o no se les da quimio o solo un ronda y ya está. No vuelven a recaer en el 90% de los casos. Significaría supervivencia para las mujeres. Lo ideal es que el test en saliva fuera un examen más dentro de la revisión periódica realizada en consulta ginecológica, como las citologías, las ecografías o mamografías.

Una gota de saliva ayudaría a hacer las cosas fáciles y sin cicatrices de por medio.

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