El Universo no debería existir. A esta brutal conclusión han llegado científicos del CERN tras conocer los resultados de una investigación que buscaba desentrañar uno de los misterios más grandes de la física: por qué nuestro Universo no se ha destruido a sí mismo.

Cuando se produjo el Big Bang, se generó igual cantidad de materia y de antimateria. Ambas son iguales pero tienen cargas eléctricas opuestas, por lo que para mantener la simetría se destruyen las unas a las otras . Sin embargo, el Universo no se destruyó, lo que indica que de alguna forma desconocida la materia logró imponerse a la antimateria.

Durante décadas, los científicos han tratado de descubrir qué es lo que provoca esta asimetría. Bajo la hipótesis de que debe haber una pequeña diferencia más allá de la carga eléctrica que permitió que se crearan los planetas, las galaxias, las estrellas y todo lo que conocemos actualmente, los científicos han estudiado propiedades como la masa, carga eléctrica… sin encontrar diferencias.

Los científicos del CERN fueron un poco más allá esta vez y analizaron el momento magnético del antiprotón, una propiedad que determina el comportamiento de esta partícula dentro de un campo magnético . La investigación, publicada en la revista Nature, forma parte del experimento BASE que ya en enero realizó medidas con el antiprotón. Aunque esta vez han sido mucho más precisas y aún así no han encontrado ninguna asimetría que desvele por qué el Universo no se ha engullido a sí mismo.  

“Todas nuestras observaciones han hallado una simetría completa entre materia y antimateria, y esa es la razón por la que el Universo no debería existir”, afirma Christian Smorra, físico del CERN en el experimento BASE ( Baryon-Antibaryon Symmetry Experiment)  “Sin embargo, debe haber una asimetría en alguna parte aunque, sencillamente, no logramos encontrar dónde está la diferencia”, añade el investigador.

Por el momento, los físicos e investigadores del CERN no pierden la esperanza de encontrar la ansiada asimetría y lo intentarán en una nueva prueba: ALPHA.

En este experimento los científicos analizarán los efectos de la gravedad en la antimateria para averiguar si hay alguna diferencia con la materia convencional. Quizás ahí se encuentre la clave que explique por qué sigue vivo nuestro Universo.