Nikki Benz, una de las actrices más veteranas y conocidas de la industria del porno, ha sido la última en denunciar los abusos laborales de la industria. El pasado mes de diciembre, la actriz explicaba a través de las redes sociales las malas prácticas del director Tony T.
Contaba Benz que estaba rodando una escena cuando el director empezó a estrangularla. A pesar de que ella gritó para que parara, las cámaras continuaron con la grabación.
Pero Benz no es la primera actriz que denuncia abusos en la industria.
En España, el caso Torbe, acusado de explotación sexual de menores, e nturbió una de las industrias que más dinero mueven en el mundo, poniendo en el punto de mira a productores y directores.
“La industria del porno necesita ser más ética, pero igual que la industria alimentaria”, explica Erika Lust, una de las principales directoras de cine para adultos que reivindica un cambio de visión en la industria.
Entre las prácticas más denunciadas por los actores y actrices de la industria del porno, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, figuran: los falsos castings, el acoso a las actrices en los sets de rodaje, la dificultad para conocer los detalles de la escena que se va a grabar, el contínuo regateo a la hora de cobrar por una escena, la falta de protección para evitar enfermedades de transmisión sexual o la falta de una figura sindical a la que puedan acudir los trabajadores en caso de engaño, abuso o acoso.
Acerca de todos estos riesgos laborales hablamos con distintos actores.
"Me engañaron en un falso casting; no sabía si saldría con vida de allí"
Llegar a un casting y que quien dice ser un productor con muchos contactos sea en realidad un chaval de veintipocos que lo único que quiere es acostarse con las actrices: he aquí uno de los timos más repetidos y presentes en las chicas que acaban de iniciarse en la industria.
“Yo tenía 22 años. Acaba de empezar y nadie me había explicado nada sobre este mundo”, explica la actriz Rena Reinder. “Llegué al casting y el tío ni era productor, ni tenía contactos. Me hizo un book desnuda y luego me dijo que teníamos que acostarnos para ver si era buena, vamos, que tenía que probar la mercancía. Yo me negué y me fui de allí”.
Especialmente en España, se trata de una práctica bastante común: “A mi me ocurrió también, no sabía si iba a salir con vida de allí”, relata otra de las jóvenes que prefiere no dar su nombre. “La mayoría de las veces se trata de un tío que no se come un colín y que cuelga anuncios falsos para poder acostarse con actrices. Muchos no superan la treintena”.
“Es algo súper común, pero cada vez tienes más vista para estas cosas”, explica la actriz Gala Brown. “Entre nosotras solemos ayudarnos, y siempre buscamos referencias, pero te puede pasar. El problema viene cuando te engañan y te ves en una situación en la que no sabes reaccionar. Muchas veces la experiencia te da tablas para solventar la situación, pero las chicas más jóvenes o más inexpertas son quizás las más vulnerables”.
"No tengo por qué aguantar que alguien del equipo me pida que se haga una paja"
"Cuándo estoy actuando, estoy actuando. Cuando el director dice ¡corten! termina la escena y las cámaras se apagan, ahí no tengo porque aguantar ni tolerar que nadie del equipo me pida que le haga una paja o que me ponga el pene en la cara”, explica la actriz Paige Jennings en uno de sus videos colgados en Youtube. La joven, que dejó su beca en Wall Street para dedicarse al cine para adultos, ha sido una de las primeras actrices en hablar de los motivos por los que dejó el porno.
Varias actrices han contado momentos similares en este video de “Ask a Pornstar” (pregunta a una estrella del porno).
“Si hay profesionalidad, estas cosas no pasan. Pero cuando te encuentras con personajes que no saben hacer su trabajo, están a la orden del día. Desde que se traigan a los amigos a ver el rodaje y después se pongan a tontear con alguna compañera o que los cámaras se pongan a abrir latas de cerveza mientras yo estoy concentrado en grabar una escena”, explica el actor Juan Lucho.
“ La mayoría de productores y directores —concluye el actor— no han sido actores, no saben que es estar varias horas rodando una escena. No tienen respeto por la profesión y eso se nota. He grabado en sitios muy poco higiénicos o a 40 grados, en un descampado y no tenían ni una botella de agua para darnos. Creo que es necesario un cambio en el modelo de la industria que cuide a sus actores, por eso he decidido montar mi propia productora, para dar ejemplo de lo que es hacer cine bien hecho”.
"Me dijeron que grabaríamos con juguetes eróticos. En el set vi que el juguete era un espéculo. Sí, el instrumento que sirve para hacer citologías"
Las escenas no pactadas en el guión es quizás uno de los temas más delicados en la industria del porno porque muchos actores y actrices tienen que insistir a los productores para que les expliquen qué tipo de escena van a grabar. “Las productoras deberían mandar a las actrices y actores el guión y el tipo de escena que se pide antes de rodar. Pero no pasa. A la mayoría las citan en una localización y son ellas las que tienen que ir sacando información de lo que se va a grabar”, explica la directora Erika Lust.
Otras veces, pese a tener el guión por adelantado, el director decide “improvisar”.
“Es algo que me ha pasado alguna vez, no mucho la verdad, pero es bastante desagradable”, avanza otra actriz que tampoco quiere revelar su nombre. “La mayoría de las chicas, cuando empezamos, no queremos hacer escenas de anal hasta estar preparadas, pero hay directores que intentan convencerte, sin que se hubiese pactado anteriormente. Cuando estás en esa situación, desnuda, con todo el equipo grabando y parado esperando a que tú decidas si haces o no la escena, te bloqueas. Además empiezan a presionarte con que no van a contratarte más directores y con el dinero que va a costar parar el rodaje sin terminar la escena. Acabas accediendo, bastante insegura de si era lo que querías hacer o no. Cada uno tiene sus límites y se puede hacer todo siempre y cuando no te sientas forzada, pero en esa ocasión, se aprovecharon de mí porque en el guión no aparecía en ningún momento esa escena”.
“Recuerdo que un día me llamaron para grabar una escena de anal con otra chica. Me dijeron que serían juguetes eróticos. Cuando llegué al set resulta que los “juguetes” eran un espéculo...Si, el instrumento médico metálico que usan para hacernos una citología. No me lo podía creer. Me negué a rodar la escena”, mantiene la actriz Paige Jennings en su vídeo ¿Por qué dejé el porno?
"Me enteré de que el actor tenía sífilis, así que pedí preservativo. Se rieron de mí y me obligaron a pagar 500 euros por perder un día de grabación"
“Los únicos que he conocido que utilizan preservativo son los franceses”, explica Gala. “Si pides usar preservativo se ríen de ti. Aquí parece que con hacernos las pruebas una vez al mes basta, no es necesario nada más. Imagino que habrá directores o directoras que tengan métodos de protección, pero yo todavía no he trabajado con ninguno”.
Gala ha grabado en varios países de Europa y asegura que existen bastantes diferencias. “Recuerdo una grabación en Bruselas donde el productor nos hacía pruebas de sangre la noche anterior al rodaje para saber si teníamos algún tipo de ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) Me pareció un sistema completamente revolucionario y muy necesario en esta industria”.
La actriz Paige Jennings asegura que fue uno de los motivos que la empujó a dejar el porno. “Soy bastante hipocondríaca y siempre le pedía a los compañeros y compañeras con los que iba a rodar que me enseñaran el resultado de sus pruebas médicas. Un día, uno de ellos me puso mala cara, pero finalmente accedió a enseñármelo. Daba positivo en sífilis y pedí que trajeron a otro actor. Me dijeron que no, así que les pedí utilizar condón. Se rieron de mí. No hice la escena y me hicieron pagar 500 euros por haber perdido un día de grabación”, cuenta Jennings.
Tampoco hay protección sindical ni una figura a la que los actores puedan acudir en caso de engaño o abuso. "En todos los trabajos hay lineas grises. Es cierto que cuando te dedicas al trabajo sexual tienes más papeletas para que te toquen malas experiencias que tengan que ver con las fronteras del consentimiento y la gestión de tu sexualidad", explica la actriz Amarna Miller.
" Como actriz estás expuesta a un ambiente laboral mayoritariamente dirigido por hombres y si a esto le sumas el hecho de estar desnuda o preacticando sexo delante de las cámaras con muy pocas protecciones a nivel legal, el porno se convierte en caldo de cultivo. La culpa no es de la industria pornográfica, sino de las personas que la gestionan. Necesitamos protección y más recursos para poder evitar los abusos", concluye Miller.
"Hay chavales que se pinchan en el pene medicamentos que normalmente se administran a octogenarios"
Hace años, el uso de viagra entre los actores era un tabú , ahora muchos jóvenes están haciendo un uso inadecuado de este fármaco sin tener en cuenta las repercusiones que puede tener a largo plazo.
"La gran mayoría de los actores utiliza viagra o similares. No porque lo necesiten, sino porque cuando son muchas horas de rodaje, necesitas estar empalmado mucho tiempo y estos fármacos ayudan" , explica uno los entrevistados.
El problema aparece cuando se hace un uso excesivo de estos fármacos y sin supervisión médica. A la larga, acaba pasando factura.
"Hay chavales que hasta se pinchan el pene un medicamento que se les administra a minusválidos o a personas de más de 80 años. Cuando llegan a los 35 no van a poder tener una erección de forma natural".
"Todos cobramos en negro. Lo que no entiendo es cómo Hacienda no les pilla"
A nadie se le pasa por la cabeza ir a trabajar y tener que regatear su salario diario. Sin embargo, esto es algo bastante cotidiano entre las productoras de porno español. "La mayoría de productores con las que he trabajado me ha pagado en negro. Tengo la suerte de tener contrato e ingresos de otro trabajo, así que lo que cobro de las escenas no puedo declararlo. Parece una locura, pero es así. Al menos en España la gran mayoría paga en negro. Lo que no entiendo es cómo Hacienda no les pilla", explica otro de los entrevistados que prefiere guardar el anonimato.
"Y ya no solo es que paguen en negro, es que al no tener salarios regulados debemos guiarnos por el caché que es lo menos objetivo que hay. Miran con quién has trabajado, si eres amigo o amiga de.. .A la hora de cobrar siempre acaban regateando, para intentar ahorrarse unos duros".
"Es necesario que las actrices y actores estemos más protegidos"
Aunque es España no es tan común, en Estados Unidos, y más concretamente en Los Ángeles, la figura del manager es casi imprescindible para empezar a conseguir papeles en las películas de cine para adultos. El documental "Hot Girls Wanted" recoge las historias de chicas anónimas a las que se les promete que ganarán miles de dólares y que después de grabar durante uno o dos años pasan a engrosar las listas del olvido.
"Muchas veces es un tío veinteañero que embauca a muchas chicas de 17 años asegurándoles que ganarán un montón de dinero. Cuando cumplen 18 y entran en el mundo del porno, la realidad es otra. La mayoría conseguirá un 10% de los beneficios y cuando deje de tener cara de niña llegarán una nueva hornada de caras nuevas para sustituirlas", explica la actriz Paige Jennings.
En todas las industrias existen zonas grises y abusos: horas extras que no se pagan, cobros en negro, poca ética profesional… Pero cuando uno trabaja con su sexualidad y no tiene una figura sindical a la que acudir, esas zonas grises pueden volverse más oscuras. Por eso, las actrices y actores coinciden en la necesidad mejorar sus condiciones laborales y de regular y proteger sus derechos en una industria que genera millones de dólares.
"El porno no es el origen de todos los males, ni tiene que desaparecer. Pero es necesario que las actrices y actores estemos más protegidos laboralmente", explica la actriz Amarna Miller. "A mí nadie me ha obligado a hacer algo que no quisiese realizar en pantalla y desde luego no me han violado durante un rodaje, pero sí es cierto que hay veces que me he visto en posiciones incómodas en las que ni yo misma tenía claros cuales eran mis límites. También he participado en situaciones en las que he querido parar y no he sabido cómo hacerlo. Cuando trabajas con tu sexualidad, si no estás con un equipo profesional que haga bien las cosas, hay veces que puedes bloquearte y la línea que separa tus límites de la gestión de tu sexualidad puede volverse muy borrosa. Por eso es necesario estar bien protegidos".