11 aparatos de belleza vintage que dan más miedo que las máscaras de Slipknot

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Echando un ojillo a fotos viejunas hay algo que salta a la vista: A la gente de antes le flipaba ponerse cosas en la cabeza. Sombreros, tocados, pañuelos, turbantes... Y, claro, cuando se ponían a inventar aparatos de belleza tampoco podían dejar de lado su obsesión.

En general, todo lo relacionado con el tema máscaras tiene un puntito malrollero. No creo que sea la única que se ha puesto una mascarilla y cuando se ha visto de refilón en el espejo del pasillo ha creído que tenía al tipo de La Matanza de Texas buscando juerga en su casa. Mini infartitos de la mujer coqueta, qué le vamos a hacer.

El caso es que, aunque a día de hoy tengamos bastantes beauty trends que son un poco de cortarse las venas (nada como echar la tarde del domingo buscando fotos de "lip injections gone wrong"), a la hora de inventar cacharros siniestros para estar más guapas, la peñita antigua nos da diez mil vueltas.

Aquí van 11 de los aparatos de belleza más estrafalarios que la gente se ha puesto en la cabeza a lo largo de la historia. Pasen y vean:

1. El congelador de pecas

En 1930, mucho antes de que se inventaran los peelings con ácido glicólico, cuando querían librarse de las pecas y las manchas, se ponían de esta guisa y se quemaban la piel con hielo seco. Algo me dice que eso tenía que doler.

 

 

2. La máscara de hielo

En la década de los 60 nadie quería renunciar a nada. Problema: te mueres de calor y estás deseando ir al lavabo y lanzarte agua fría en la cara, pero no quieres que los 45 minutos que has invertido en hacerte el contouring acaben esparcidos en una toalla de baño.

¿Solución? Pues una mascarilla con cubitos de hielo, frescura y hermosura todo en uno.

 

 

 

 

3. El calibrador de Belleza

He aquí la predecesora de la jaula estalla cabezas de Saw. Este modelo es más incómodo, pero bastante menos mortífero.

El creador de este aparato fue el pionero de la cosmética Max Factor quien, en los años 30, creyó que ésta sería la mejor manera de tomar las medidas faciales de las estrellas de Hollywood para poder maquillarlos después.

Lógicamente, la idea no cuajó demasiado.

 

4. La capa antipecas

Durante los años 40 todavía no se había inventado la crema con factor solar, así que la gente que quería protegerse de los rayos ultravioleta tenía que ponerse la "capa antipecas". ¿Lo malo? Lo tenías jodido para ligar en la piscina. ¿Lo bueno? La podías amortizar en Halloween y para montarte en el Tutuki Splash.

 

 

5. Las gafas de sol con nariz

Siguiendo con los dramas de la era pre-factor solar, aquí tenemos estas fabulosas gafas de los años 30 con tejavana para la nariz. Quiero pensar que las gafas con nariz y bigote de las tiendas de disfraces nacieron en un arranque creativo de los inventores de este cacharro para intentar darles otra salida a los 4 almacenes de cajas que tenían llenos de ellas.

 

6. El "hoyueleador"

Este diseño de 1936 aseguraba que, si dormías cada noche con esta percha doblada en la cara, te saldrían hoyuelos.

 

 

7. Gorro de piscina para la cara

Este máscara-gorro de piscina tan creepy es un producto del año 1928 para proteger la piel del sol al nadar. Lo más chungo es que en China está de moda a día de hoy.

 

 

8. La máscara de dormir

Todos sabemos que para estar guapo es super importante dormir bien, lo dicen todas las top models. Para ayudar con eso, en 1924 inventaron esta máscara de aluminio que, según decían, inducía el sueño dirigiendo el aliento caliente a los ojos. Ni idea de qué base científica tenía el asunto.

 

 

9. Los protectores para tormentas de nieve

Como bien nos empezarán a explicar todos los anuncios de crema hidratante de aquí a un mes aproximadamente, el frío daña muchísimo nuestra piel. Para protegerla y poder pasearse en las tormentas de nieve con un glamour, en 1939 crearon estas máscaras que fusionan el estilo de los médicos de la peste negra con el accesorio favorito de las chicas, el paraguas transparente.

 

 

10. El Gorro de Glamour

El Gorro de Glamour de la década de los cuarenta prometía una piel sonrosada al bajar la presión atmosférica alrededor de la cabeza replicando el efecto de la brisa cuando paseas por la montaña. Por favor, atención al dramatismo de la imagen, a la mirada y la pose de la pobre chavala. Está a punto de perder el conocimiento por falta de oxigeno.

 

 

11. Careta manta eléctrica

Si no me he enterado mal, esta máscara de kabuki de pez es algo así como una manta eléctrica para la cabeza. El producto, lanzado al mercado en julio de 1940, se enchufaba y estimulaba la circulación mediante el calor, "dejando la piel con un aspecto fresco". Por lo visto, en la primera mitad del siglo XX, "fresco" significaba justamente lo opuesto a lo que significa hoy.

 

 

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