13 Frases que nunca debes creerle a un Jarocho !!!
Los científicos siguen tratando de descubrir qué medida de tiempo refleja el “ahorita” y parece que se puede tratar de 10 minutos, una hora, cinco horas, un día O NUNCA.
Los extranjeros ya no confían en nosotros porque cada vez que decimos esta frase, terminan enchiladísimos y deseando no haber nacido. En nuestra defensa: ¡a nosotros no nos picó!
Sabemos que en México, sobre todo en la CDMX, hay un tráfico de locos, pero tenemos que aceptar que a veces lo usamos como un pretexto perfecto para llegar tarde a lados. :(
Siempre que decimos esta frase lo hacemos con toda la convicción del mundo, peeeeero… cualquier decisión puede cambiar con unos mezcales.
Te encuentras en la calle a alguien que no te cae muy bien que digamos, platican, se ponen al día y al final los dos dicen esta frase por no decir “la neta nunca quiero volver a verte, no tenemos nada en común”.
Prima hermana de la anterior, pero con la diferencia de que esta frase se usa mucho para batear a alguien que no nos latió, por ejemplo, en Tinder.
A ver, tampoco es como que la tengamos fácil. Con la deliciosa comida que tenemos en México, ¿quién va a poder empezar la dieta el lunes o cualquier día de la vida?
El mexicano que no haya mandado este mensaje desde su casa, cuando ni siquiera ha terminado de arreglarse, que lance la primera piedra.
“Es aquí a la vuelta”, “está en corto” y “aquí luego luego” son medidas subjetivas que lo mismo pueden significar cinco metros que OCHO CUADRAS.
“Híjole, ahora sí te voy a quedar mal… lo que pasa es que ya tengo un compromiso”. Lo que no dices es que es con Netflix y tu cama. ¿Qué tiene? Al final no es taaaan mentira.
Como la mentirilla del tráfico, ésta usa el pretexto de que nuestra vida es muy ocupada para no contestar llamadas que nos dan mucha flojerita, la verdad.
Esta mentira todos nos la creemos y está bien, porque dice en las Sagradas Escrituras del Taco que todos debemos defender a los de nuestro barrio como a nuestra propia vida. O algo así.
Del “hoy algo tranqui” a terminar cantando las de Juanga en una cantina que no te acuerdas ni cómo llegaste, sólo hay un paso (y varias chelas de por medio).