1. Si alguna vez dudaste de tus habilidades culinarias, solo tienes que ver esto.

2. A lado de esta persona, eres un chef profesional.

3. Es más, eres el sensei supremo de la gastronomía.

4. No puedes ser tan malo como para que tus huevos duros muten inesperadamente.

5. O para que tu pastel de plátano te explote en la cara.

6. Tus habilidades en el departamento de quesadillas superan cualquier expectativa comparado a esto.

7. La cocina no te odia tanto como creías.

O como a esta persona.

8. Sabes que eres un as en la cocina si la comida no te ha vomitado encima.

9. No es Mordor, son cientos de almas de brownies gritando al unísono.

10. Mientras no se te queme la Maruchan, estás a salvo.

11. Porque, no importa qué tan malo seas en la cocina, jamás vas a poner un recipiente de vidrio en la estufa.

Y si lo ibas a hacer, acabas de ver tu futuro.

12. Esto pasa cuando te crees más inteligente que el microondas.

13. O cuando desafías las leyes de la termodinámica y te crees dios.

CASI no estaba caliente.

14. Si tu huevo no te escupe, es que estás haciendo algo bien en la vida.

15. O si tu cocina se ve decente y no como el apocalipsis de los aguacates.

16. Hay personas que quieren ver al mundo arder.

17. Y simplemente no conocen cómo se usa un plato.

18. Lo bueno es que tú no eres una de ellas.

19. Al menos no, hasta que tu pollo intente suicidarse.