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Las hormigas coloradas o de fuego vienen a ser los cachas del gimnasio: se ponen a levantar torres sobre sus cuerpos. Para salvar a la colonia ante inundaciones o para buscar comida, se apilan unas encima de otras como acróbatas. Ahora se ha desvelado cómo se lo montan para hacer sus fascinantes construcciones verticales.

Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia colocaron una cámara estudiar sus movimientos. Un despiste hizo que en vez de dos horas grabaran tres. Al visionarlo parecía que crean una torre estática pero, cuando un estudiante de doctorado aceleró el vídeo a 10 veces la velocidad real apreciaron qué ocurría.

Mientras la parte superior no deja de crecer, el resto de la torre se hunde poco a poco todo el rato. El movimiento que reproducen es como el de una fuente brotando agua si se viera bocabajo. Ese movimiento de la base que solo se observa a alta velocidad indica que están rehaciendo la base constantemente. Se mueven para reemplazarla una y otra vez durante horas.

"Encontramos que las hormigas pueden soportar hasta 750 veces su peso corporal sin lesiones,aunque parecen estar más cómodas apoyando hasta tres hormigas en la espalda como máximo", escriben Craig Tovey, uno de los autores del estudio.

Así la base se desliza para que la estructura, con la forma de la torre Eiffel, aguante y se venza los retos que pone el mundo a las hormigas. Trabajo en equipo. Son la versión diminuta de los castellers de Cataluña. Y lo mejor es que este descubrimiento podría tener implicaciones en la robótica. En misiones de rescate, se podría crear una flota de pequeños robots que se desplegasen y funcionasen como estas hormigas.

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