Cómo unos ladrones y dos mendigos evitaron que estallaran más bombas en Nueva York

El pasado sábado, una bomba estalló en el barrio de Chelsea, Nueva York, dejando una treintena de heridos. Poco antes, otra explotó en Nueva Jersey, aunque esta no ocasionó ningún disturbio.

El ataque fue obra de, supuestamente,  Ahmad Khan Rahami, un yihadista afgano de 28 años al que detuvieron ayer en Linden, Nueva Jersey, después de un tiroteo con la policia en el que fue herido en una pierna.

Ahora, todavía con la resaca de un incidente que podría haber acabado mucho peor, se han descubierto dos casos de personas que, gracias a conductas poco honradas (concretamente a fisgonear y robar maletas encontradas por la calle) podrían haber ayudado a que el ataque no fuera más.

Ocurrieron casi al unísono. El primero fue en la calle 27 de Chelsea, a solo cuatro calles del lugar donde detonó la bomba en Nueva York. Según un vídeo de vigilancia, dos hombres vestidos de manera elegante abrieron una maleta en la que iba una olla a presión que supuestamente produciría una tercera explosión. Los sujetos sacaron la bomba plantada dentro de una maleta, la depositaron en la basura y se marcharon solo con la maleta.

 

 

“Es difícil saber si los ladrones desactivaron la bomba sin darse cuenta”.

 

Este caso ocurrió solo tres horas después del accidente. Según Robert Boyce, jefe de detectives de Nueva York, “cuando agarraron la maleta parecían no creerse que se hubieran encontrado algo así en medio de la calle”. Ahora, la policía está intentando localizar a los testigos, buscando interrogarles por si tuvieran alguna relación con el caso.

“Es difícil saber si los ladrones desactivaron la bomba sin darse cuenta”, comenta Boyce. Según dice, podrían haber tirado de un cable esencial para que pudiera darse la explosión, evitando que se produjera sin saberlo.

Sin embargo, un portavoz de la policía ha dicho a la agencia Agence France-Presse que los hombres no desactivaron la bomba, sino que fue detonada de forma segura por parte de las fuerzas de seguridad. Posteriormente, se envió al FBI para que la analizaran. No obstante, no existe una declaración oficial sobre dicho suceso.

“¿Quién en este mundo se encuentra con una olla a presión conectada a un teléfono y solo se lleva la maleta?”, se han preguntado, aun así, desde la policía. “Vamos a publicar sus imágenes para intentar identificarlos”, ha asegurado Boyce, ya que podrían ser dos sujetos esenciales para la investigación.

 

“Son personas con una vida muy difícil de llevar. Sin embargo, probablemente han salvado miles de vidas gracias a su acto de bondad”.

El otro caso tuvo lugar el domingo por la noche en Nueva Jersey. Dos homeless estaban durmiendo encima de un cubo de basura cerca de la estación de tren de Elizabeth, cuando se encontraron con una mochila sospechosa. Los hombres comenzaron a rebuscar dentro de ella y se encontraron con cinco explosivos equipados para ser detonados.

Rápidamente, alertaron a la policía, que procedió a su desactivación. “Cuando la abrieron y encontraron lo que había adentro, rápidamente se dirigieron a la jefatura de policía de Elizabeth”, explica Christian Bollwage, alcalde de la ciudad.

“Son personas con una vida muy difícil de llevar. Sin embargo, probablemente han salvado miles de vidas gracias a su acto de bondad”, ha añadido.

Ambas bombas han sido ligadas por los investigadores a Ahmad Khan Rahami, que tendría planes de provocar un caos mucho mayor del que consiguió. Teniendo esto en cuenta, no se descarta que haya puesto más por ambos estados, aunque gracias a su temprana detención todos los hechos se esclarecerán rápidamente.

[Vía The Daily Beast]

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