Crean sistema predictivo de accidentes en la vía pública

¿Es posible predecir accidentes viales en autopistas urbanas? ¿Cómo se pueden ocupar los pórticos de cobro de las carreteras para que también entreguen datos relevantes sobre las condiciones de seguridad de la vía? Estas interrogantes son las que dieron origen en septiembre de 2015 a un innovador proyecto único en el mundo, desarrollado por el académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Diego Portales, Franco Basso, al alero del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y con la colaboración de Autopista Central.

Los pórticos de la autopista contienen una tecnología de última generación, que no solo permiten cobrar la tarifa a los usuarios, sino también captar datos adicionales en tiempo real, desagregada a nivel de cada “bip”.

“Lo anterior nos permite calcular entre otros, flujo (la cantidad de autos que pasan por el pórtico) según tipo de vehículo (liviano, pesado, moto), velocidad promedio de y densidad (nº de autos /unidad de espacio)”, explica el académico UDP.

Esta información permite ajustar modelos estadísticos predictivos que predicen bajo ciertas condiciones específicas, cuál es la probabilidad de que en una cierta cantidad de tiempo, ocurra un accidente. Pocos países en el mundo tienen la tecnología de las autopistas urbanas chilenas que les permita capturar datos de forma tan precisa, por lo que los modelos y resultados son inéditos y de vanguardia a nivel internacional.

 

El prototipo con el que cuentan actualmente el grupo de investigación, ha logrado predecir hasta un 80% de los accidentes, en un tramo de la autopista y a ciertos horarios determinados.

El sistema de alerta que funciona a través de un sistema de semáforo de dos luces (rojo y verde) donde rojo significa período “potencialmente peligroso” y verde “potencialmente seguro”. El sistema está calibrado para que a los más, la luz roja esté prendida un 20% del total del tiempo.

Actualmente el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería firmó un acuerdo con Autopista Central para pasar a una segunda fase que permita afinar los modelos, incluir variables meteorológicas y transformarlos en un producto útil.

“Si logramos encontrar modelos que funcionen de forma estable y disminuyan la cantidad de accidentes, sería un gran éxito. Pero para eso es necesario pasar a la acción y esto requiere de la expertiz ingenieril, pero también de planificación de transporte, y prevención de riesgo. Gracias a la investigación hoy podemos decir cuándo estamos ante un período riesgoso, y que pueden ocurrir accidentes, pero no se saca nada si no se hace algo para prevenirlo. En el extranjero, se envía alertas a los conductores de flujos peligrosos, o se cambian las velocidades máximas en función al tipo de riesgo, u se han puesto semáforos a la entrada de la autopista. En Chile podemos llegar a usar la información obtenida de los modelos para implementar alguna alerta efectiva a los usuarios de la carretera”, explica Basso.

Franco Basso es Ingeniero Civil Matemático de la Universidad De Chile, M.Sc en Gestión de Operaciones y Doctorando en Sistemas de Ingeniería, de la misma casa de estudios. Actualmente es académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la UDP.

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