Dinosaurios por toros para lograr la campaña antitaurina perfecta

Un torero da la estocada final a un... ¿velociraptor? 

 

 

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Dos calcetines rosados sobre la arena. Un capote que ondea al sol. Y la silueta apretada del torero se lanza estoque en mano para asestar una puñalada en la cruz a un… velociraptor.  “¿Te parece que esto pertenece a otra época? Sin embargo, todavía es actual”. Así denuncia la Federación francesa de Luchas para la Abolición de las Corridas (FLAC) que la tauromaquia siga vigente a día de hoy.

Porque linchar a banderillazos a un dinosaurio es tan arcaico como hacerlo con un toro.

 

 

Este anuncio, realizado con la agencia de comunicación BETC, es una acción para sensibilizar a la sociedad de que prácticas crueles como esta deberían haber quedado enterrados en el pasado desde hace mucho tiempo.

 

El código penal francés, en concreto, el artículo 521-1, castiga los actos de crueldad contra los animales: “El hecho público o no de ejercer graves daños, o de naturaleza sexual, o cometiendo un acto de crueldad hacia un animal doméstico o domesticado o en cautividad, recibe una pena de dos años de cárcel y 30 mil euros de multa”.

De ahí que las corridas de toros se acabaran retirando de la lista de las 300 actividades protegidas por ser consideradas como Patrimonio Cultural Inmaterial gracias a la presión del Comité Radical Anti-Corridas (CRAC) y se prohibieran en el 90% del territorio.

¿Y el 10% restante? Son 65 municipios que se consideran “de fuerte tradición taurina”: entre Arles y el país Vasco francés, entre la zona de Garrigue y el Mediterráneo, entre los Pirineos y la Gascuña y en Provenza, Languedoc y Landes. Todos ellos se acogen a la protección de una frase de la misma ley: “Las disposiciones del presente artículo no son aplicables a las corridas de toros porque las tradiciones locales ininterrumpidas pueden recuperarse”.

 

Pero como recuerda Le Parisien, para los antitaurinos esta parte de la ley es demasiado blanda. “Según ellos, la noción de ‘tradición local ininterrumpida’ no está claramente definida. Y por eso, los límites geográficos donde pueden tener lugar las corridas no son precisos”.

Este periódico también señala que “corrida autorizada” no siempre equivale a carnicería: “Según cada tradición local, un espectáculo taurino puede tener lugar sin que se mate a los animales. Es el caso de Rieumes, en el Alto Garona, por ejemplo.

Además, desde el FLAC recuerdan que los sondeos afirman que la mayoría de franceses se oponen a las corridas. Y con una fundación amiga quieren conseguir reunir a 30 millones de firmas para que finalmente las corridas queden abolidas en Francia, después que en 2012 el Tribunal constitucional francés desestimara el recurso de los antitaurinos que reclamaba precisamente esto.

Por su lado, indiferente a los avances del país vecino en materia de protección animal, España conseguía que la tauromaquía fuera declarada como Patrimonio Histórico Cultural en 2013, el rango más alto para un bien inmaterial. Esto no afectó a la prohibición vigente a día de hoy en las Islas Canarias y el rechazo a las corridas en Cataluña, que el año pasado vio como su prohibición era revocada.

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