Buscar qué vídeo porno ver a la hora de masturbarse puede convertirse en una auténtica odisea. Rubias, gay, anal, fisting… las secciones se superponen unas a otras. Pero, aparte de especificarte que verás a un señor negro tirándose a una mujer blanca o a unos tentáculos penetrando a un dibujo animado, no se dan demasiados detalles sobre su contenido.

Para mejorar la experiencia de los usuarios, el doctor Taylor Kohut, psicólogo de la Universidad de Ontario Occidental, está desarrollando un proyecto llamado Porn Genome   Project.

La idea es crear un algoritmo que clasifique los vídeos al detalle. Para conseguirlo, extraerá los contenidos que los usuarios creen más relevantes, algo que conseguirá con la ayuda de miles de voluntarios. Tal y como señala , el proyecto podría mejorar el contenido de los filmes y ayudar a comprender mejor la excitación sexual.

“Puede ser frustrante clicar en cada vídeo para encontrar exactamente lo que estás buscando. Parte de ello tiene que ver con la forma en que los medios clasifican y categorizan los vídeos. Las categorías son muy amplias y poco específicas. El algoritmo que clasifica los vídeos no tiene en cuenta sutilezas. Creemos que, si aumentamos las distinciones que se pueden hacer, los usuarios tendrán más oportunidades de encontrar lo que más les excita”, señala.

Para financiar el proyecto, Kohut ha abierto un crowdfunding con el que espera llegar a 50.000 dólares. Si consigue el dinero necesario,creará una web de dominio público en la que los usuarios podrán clasificar imágenes según sean más o menos excitantes. También identificarán los elementos que aparezcan en ellas.

“Con la mano desocupada, los usuarios señalarán si una imagen contiene una mujer desnuda, unas medias de rejilla o cualquier otro elemento. Además, podrán indicar en qué lugar de la imagen aparecen y cuánta excitación provoca”, explica el psicólogo.

En la página de su crowdfunding ilustran un ejemplo con la siguiente imagen:

Según Kohut, la fotografía de la derecha es mucho más excitante que la de la izquierda, algo que se atribuye a que parece que esté desnuda. Con ello ejemplifica que la desnudez, por más que solo sea simulada, atrae más que llevar algo de ropa.

Sin embargo, esta idea y muchas otras (como que el público se excita más si los actores muestran estar disfrutando) no han sido investigadas de forma concreta. De hecho, mientras un estudio dice que el porno es violento en el 88% de las ocasiones, otro indica que solo es violento en el 2% de los casos.

Kohut cree que todavía existe mucho reparo a la hora de investigar el porno desde una perspectiva positiva, lo que provoca que el fenómeno no se haya analizado lo suficiente. Sin embargo, con Porn Genome Project quiere quitar la venda de los ojos a la comunidad científica. Para él, algo que consumimos prácticamente todos debe ser estudiado de manera concreta y sin tabúes.

“Lo que queremos hacer es generar información que pueda ayudarnos a mirar desde una perspectiva sobria a la pornografía. Será útil para informar a las personas que no tienen relación con la industria, a los medios de comunicación y a los investigadores, grupos que suelen estar cargados de prejuicios acerca de la pornografía”, concluye.

[Vía Mel Magazine]