Esta es la condena por abuso sexual que ha indignado a Estados Unidos

Si miras estas dos fotografías, las similitudes entre las dos personas que aparecen en ellas son más que evidentes: chicos jóvenes, rubios, blancos, con ojos azules. Jóvenes universitarios de clase media. Ambos miran muy serios a la cámara. Porque eso es lo que se suele hacer en las fotografías de las fichas policiales. Y es que, más allá del parecido físico, estos dos hombres tienen otra cosa en común: ambos fueron detenidos y declarados culpables por un delito de abuso sexual. Sin embargo, uno de los casos no ha ganado tantos titulares como el otro.

 

 

Los chicos de la foto son Brock Turner y Austin Wilkerson. El primero era un estudiante de la Universidad de Stanford. El segundo lo es de la Universidad de Colorado. Ambos violaron a dos compañeras tras sendas fiestas universitarias. En junio, Turner, conocido como el violador de Stanford, fue condenado a seis meses de cárcel y tres años de libertad condicional y su caso provocó un huracán mediático. Esto se debió, principalmente, a la carta viral que escribió la víctima.

Recientemente, el caso de Wilkerson ha ganado atención mediática tras conocerse el pasado miércoles la sentencia del juez: el joven podrá cogerse a un programa penitenciario que solo le obliga a pernoctar en la cárcel durante los próximos dos años en la cárcel —podrá salir a diario para trabajar y estudiar— y a 20 años de libertad condicional. Una sentencia que muchos consideran demasiado blanda para alguien que abusó sexualmente de una chica semiinconsciente la noche del 15 de marzo de 2014 durante las Fiestas de San Patricio.

 

 

El juzgado recomendó que la condena no fuera mayor debido a la“extraordinaria aceptación” de la responsabilidad del acusado. Por su parte, el juez Butler, encargado de dictar sentencia, declaró al diario local Daily Cameraque tuvo muchos dilemas a la hora de decidir qué tipo de sentencia imponer a Wilkerson . “¿Debo enviarle a la cárcel? Wilkerson merece ser castigado, pero creo que todos necesitamos descubrir si realmente puede rehabilitarse”, explicó el magistrado.

Las críticas a la decisión del juez no han tardado en llegar. Tras conocerse la sentencia, se lanzó una petición online que pedía que el Juez Butler fuera retirado de su cargo. La petición ya tiene 68.221 firmas y consiguió 8.300 en un solo día. “Similar a lo que pasó en el caso de Turner, el Juez Butler decidió que el futuro de Austin era más importante que el de sus víctimas”, dice la petición. “Por esta sentencia injusta, pedimos que el Juez Butler sea retirado de su cargo en Colorado”.

 

 

 

 

Chandler McCorkle, exalumna de la Universidad de Colorado y víctima de una violación cuando era adolescente, escribió una dura carta publicada en elHuffington Post dirigida al juez Patrick Butler.

“Su sentencia manda el mensaje a cada persona de este país de que las agresiones sexuales no son un delito grave y condenable”. “Su sentencia muestra que los jóvenes blancos, que manifiestan algo de remordimiento por su crimen y se comportan bien durante su juicio, pueden violar de forma impune, sin miedo a una verdadera repercusión”.

Además, la propia víctima del abuso sexual que se juzgaba, cuyo nombre no ha trascendido, leyó una declaración durante el juicio que guarda ciertas similitudes con la carta de la víctima de Stanford. La chica detallaba el sufrimiento por el que ha pasado tras la violación y lo difícil que es vivir con la sensación de que, en el fondo, todos te culpan.

 

 

“'Su vida está arruinada', Oh, sí. Y no es como si mi vida no estuviera en ruinas ni nada. Siempre se habla del estado del violador. Como víctima de este asalto sexual, mi vida ha sido arruinada social, psicológicamente, académicamente y económicamente”, declaraba la víctima.

“Cuando no estoy teniendo pesadillas de violación, de venganza, o con que un nuevo proceso vaya mal, estoy teniendo ataques de pánico. Al igual que las pesadillas, todo empezó después del asalto sexual. Antes del asalto, nunca antes había tenido un ataque de pánico. Al principio, pensé que los ataques eran aleatorios pero cuantos más tenía, más me planteaba que todos poseían un patrón relacionado con el abuso sexual”.

 Me siento como aquellos perros que se asustan o no les gusta estar rodeados de ciertas personas. En mi caso, tengo miedo de los conocidos ya que el abuso fue perpetrado por un amigo de amigo. La seguridad es mi prioridad número uno y esta pone en peligro mis relaciones sociales”.

La víctima contaba en la declaración que sufre depresión y que un mes después del asalto intentó quitarse la vida.

“Algunos días no me puedo ni siquiera levantar de la cama y mucho menos hacer cuatro trabajos, leer y estudiar para los exámenes. El violador provocó que cosas placenteras como el sexo, dormir o salir de fiesta se convirtieran en traumáticas. Así que no es sorprendente que cosas menos placenteras como estudiar se conviertan en 100 veces más complicadas".

 

 

Pero, sin duda, lo peor de todo este tiempo ha sido la culpabilización de la víctima.

“Hubo incluso miembros del jurado que tuvieron la audacia de preguntarme por qué no dije 'No'. Cuando la pregunta real es '¿Por qué el violador no obtuvo mi consentimiento?!'. Es como si le dicen a alguien a quien han robado: '¡Bueno, no dijo que no!'. ¿Convierte la falta de un no en un robo consentido? ¡Por supuesto no! Incluso la reacción de mi propia madre fue la de culpar a la víctima. Ella me dijo que si yo no hubiera estado borracha, esto no habría sucedido. Sin embargo, era excusable que me violara porque iba borracha. Después de todo lo que he sufrido emocional, física, psicológica y económicamente, la carga de la culpa aún se derrumba en mis hombros”.

Y concluía: “El violador ELIGIÓ arruinar su vida. Pero como en el propio abuso sexual, mi vida ha sido arruinada sin mi consentimiento”. La víctima pidió además al tribunal que tuviera tanta piedad como la tuvo el violador la noche del abuso.

Aún así, explicó que "todo el calvario" de tratar de llevar a la justicia a su agresor había sido "terapéutico" y que las historias extrañamente familiares de otras supervivientes valientes “me han inspirado a compartir mi historia que la violación no es siempre un extraño en los arbustos”.

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