Una investigación conducida por la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la U. Harvard, encontró que los pacientes ancianos tratados por doctoras tienen menor probabilidad de morir en el plazo de 30 días tras ser hospitalizados, y también menos probabilidades de reingresar al establecimiento (en el mismo plazo) después de recibir el alta.
El trabajo es uno de los primeros en documentar las posibles diferencias en el trato de los pacientes por parte de los médicos de uno u otro sexo, como también sus consecuencias, informa NCYT.
Yusuke Tsugawa y su equipo de investigadores estudiaron los datos los pacientes inscritos en el servicio Medicare (un sistema de salud pública del gobierno de Estados Unidos), y estimaron que si los médicos pudieran alcanzar los mismos resultados que sus colegas mujeres, habría 32.000 muertes menos por año –una cifra comparable con el número de muertos en accidentes de tráfico.
“Nos sorprendió la diferencia en las tasas de mortalidad”, señala Tsugawa. En el caso de los enfermos más graves, el género del médico parece tener especial incidencia. Las diferencias entre el desempeño de doctores y doctoras podrían tener implicaciones clínicas importantes, como lo indican los resultados de la investigación.
Para el trabajo se analizó los datos de más de un millón de beneficiarios de Medicare. Todos los pacientes estudiados eran mayores de 65 años (inclusive), hospitalizados y tratados entre 2011 y 2014. Los investigadores tomaron en cuenta las diferencias en las características de pacientes y médicos, como también la posible influencia que podrían tener en los resultados las diferencias entre tipos de enfermedades y niveles de gravedad.
Los resultados revelaron que si los pacientes eran tratados por una doctora, su riesgo relativo de morir prematuramente era un 4% inferior, y que el riesgo de ser reingresados era de 5% inferior. Para ambas situaciones se consideró un plazo de 30 días. Esta relación se observó en una amplia variedad de dolencias y niveles de gravedad.
Estudios previos han encontrado diferencias en la forma en que los médicos y las médicas tratan a sus pacientes hospitalizados. En ellos se ha observado que, por ejemplo, las mujeres tienen una mayor tendencia a seguir las normas clínicas.
La investigación del equipo de Tsugawa, sin embargo, es la primera en evaluar si las diferencias observables afectan en los resultados clínicos.
Fuente, NCYT