Giving Life, fotografías que capturan la magia de la donación de órganos
Andrew Chapman entró en coma tras un severo fallo hepático, cuando su hígado fue incapaz de llevar a cabo correctamente su función. En 2011 le quedaban días. Cinco años más tarde, sin embargo, puede decir: "Estoy aquí debido a un milagro de la vida moderna". El milagro médico de los trasplantes de órganos.
Recibir aquel órgano fue un impacto. Le permitió seguir pero también tomar conciencia de que la vida se puede pasar, que un los órganos de un cuerpo que se enfría pueden mantener otro. Por esta razón, Giving Life es su último proyecto fotográfico, dedicado a mostrar el proceso de la donación en Australia.
Dos manos se unen. El momento íntimo de la muerte. La persona, en la Unidad de Cuidados Intensivos, decide donar sus órganos. Sólo un 1% de las personas que mueren en los hospitales son médicamente aptos para donar.
Un transplante exige actuar rápido. Fuera del cuerpo, los órganos tienen una vida útil limitada. Horas. Aquí vemos a dos policías que están trasladando el órgano, empaquetado en hielo, hacia la ambulancia que va directa al aeropuerto.
Aquí las muestras de sangre congeladas de todos los pacientes a la espera de un trasplante guardadas en el laboratorio de Victoria, Australia. Estas muestras se prueban cuando la sangre del paciente llega para comprobar la compatibilidad.
Cada punto de esta bandeja de plástico es un tubo de ensayo diminuto. En ellos se mezcla la sangre del donante con la de los posibles receptores. El proceso se conoce como "pruebas cruzadas" y los resultados se envían al centro de trasplantes.
El hígado donado acaba de llegar.
Él es Nick y a su lado se encuentra Carole, su madre. No saben todavía si la operación seguirá adelante. A veces se llama a los pacientes pero puede que el trasplante no se pueda por alguna incompatibilidad no detectada hasta el momento o porque no es apto. Entonces tienen que volver a la lista de espera y esperar a otra llamada.
No es el caso de Nick, que acaba en la sala de operaciones. La imagen refleja cómo una anestesista comprueba sus constantes vitales.
Bob Jones es el jefe de la unidad de trasplantes. Andrew Chapman tuvo muy en cuenta a todo el personal y lo reflejó en su proyecto. Cuando habló de su caso manifestó: "Por este regalo de la vida estoy extremadamente agradecido. [Gracias] no solo al donante y a su familia, también al maravilloso equipo de médicos, enfermeros y el resto de personal de la unidad de trasplante de hígado del Hospital Austin".
Nick ya ha pasado la mitad de la operación. Los médicos valoran en todo momento el proceso.
Y mientras unos operan, otro personal se encarga de esterilizar el material.
El hígado acaba de ser trasplantado. La pantalla que aparece en a imagen sirve para ayudar al equipo médico a observar con mayor detalle.
Comienzan a coser. Los cirujanos pondrán los puntos de sutura y drenarán la bilis con unos tubos. Nick pasará después a la UCI para iniciar su recuperación.
Dos días después, come. Y vive.