Jordan y Ewing no jugaron juntos por culpa del KKK

Así es como una de las mayores rivalidades de la historia no cambió por una manifa supremacista

 

Michael Jordan y Pat Ewing fueron compañeros en aquel Dream Team que ganó la medalla de oro en los JJOO de Barcelona'92, para muchos el mejor equipo que se ha visto jamás encima de una cancha de baloncesto.

Sin embargo, con sus equipos de la NBA siempre fueron rivales en la Conferencia Este. Los Knicks de Ewing intentaron rascar algún campeonato a la dinastía noventera de los Bulls de Pippen y Jordan, pero nunca nunca pudieron y Ewing se acabó retirando como uno de los grandes reyes sin corona.

Por cosas del destino, ambos podrían haber compartido equipo antes de ser profesionales, pero una manifestación supremacista acabó separando sus caminos...

 

 

En 1981 empezaron a jugar en la NCAA. Antes de llegar a los Knicks como número 1 del Draft de 1985 y ser 11 veces All Star, Ewing completó una brillante trayectoria universitaria en los Hoyas de Georgetown, con los que conquistó el campeonato en 1984.

Por su parte, Jordan llegó a la NBA un añó antes, y durante su paso por la universidad de North Carolina también se llevó el título... derrotando en la final de 1982 a Ewing. Aquel partido sirvió para que se presentaran en sociedad dos de los mayores talentos del país, pero lo que pocos saben es que Ewing no ganó aquel torneo al lado de Jordan por poco.

 

 

 

 

 

Dean Smith era el entrenador de aquellos Tar Heels y el hombre que consiguió reclutar a Jordan en el verano de 1981. Había hecho lo propio con Ewing, pero el racismo lo fastidió todo.

"Estuve cerca. Cerca de irme a North Carolina. Era un centro muy bueno, pero me alojaron en aquel hotel en el que se celebraba un gran mitin del Ku Klux Klan al mismo tiempo. Fue como: '¿Sabéis qué? No voy a quedarme aquí. Yo y mi trasero emprendemos el viaje de regreso a Boston'". Así explicó Ewing en junio de 2013 en The Dan Patrick Show aquel fichaje truncado. "Era un mitín muy grande. Me quedé... Me tenían allí encerrado y, por si fuera poco, hizo una noche muy cerrada en la que no paraba de oír a todos esos grillos. Salté de la cama y me dije: '¿Qué narices? Me vuelvo a casa".

 

 

Finalmente, Ewing se decantó por la oferta de Georgetown, saliendo de Massachusetts, donde se había establecido a los 12 años con su familia desde Jamaica. Hace menos de un año cerró el círculo al convertirse en entrenador de los Hoyas.

 

"Georgetown era mi elección. De hecho, fue mi última visita durante mi gira de reclutamiento. La empecé con UCLA y después vino North Carolina. Lo que más me llamaba la atención era su talento y su increíble entrenador. Allí, Smith me dijo: 'Patrick, si nos vas a venir con nosotros deberías marcharte a Georgetown. Aprenderás mucho de John Thompson, un fantástico entrenador", aclaró uno de los mejores pívots de la historia.

 

 

 

 

No fue la primera ocasión en la que el KKK tirase por los suelos un fichaje. Earl "The Pearl" Monroe ha contado varias veces una historia similar. Monroe, que una de las grandes estrellas de los Knicks de los 70, iba a ser traspasado a Indiana, pero logró evitarlo después de que en una visita a la ciudad los jugadores negros de los Pacers le contaran que llevaban armas para protegerse porque el Ku Klux Klan estaba presente en cualquier rincón de Indianapolis.

Aquel traspaso fallido ocurrió en 1971, 10 años antes de la manifa que vivió Ewing.

Casi 4 décadas después el público se echa las manos a la cabeza pensando en que si el KKK no hubiera estado en el mismo hotel de Chapel Hill en el que se hospedó Ewing en 1981, quizá hubiera visto a una dupla imparable dominando el baloncesto universitario. Quién sabe, a lo mejor aquella amistad hubiera provocado que se fueran juntos a la NBA.

 

Sea como sea, el supremacismo blanco les hizo rivales.

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