La razón por la que tenemos menos sexo que nuestros padres
Somos la generación más libre en lo sexual pero también la que menos sexo tiene. Los millennials más jóvenes, aquellos que han nacido en los 90, son hasta dos veces más propensos que la generación anterior a ser sexualmente inactivos a los veinte. Todo esto según un estudio publicado el martes en el Journal Archives of Sexual Behavior. Y además de menos sexo, los nacidos entre 1980 y principios de los 2000 también tenemos menos parejasque los Baby Boomers o la Generación X. Un desastre, vaya.
Pero, según los expertos, este retraso a la hora de mantener relaciones sexuales no tiene por qué ser malo.
"A medida que las personas se han vuelto mucho más receptivas a todo tipo de formas de relaciones sexuales consentidas, también se han vuelto más exigentes con lo que constituye el consentimiento", explicó Stephanie Coontz, directora de investigación en el Consejo de Familias Contemporáneas. "Estamos lejos de aceptar el sexo con presión”, afirmó.
Los autores del estudio creen también que esta tendencia a tener menos sexo puede ser un reflejo de la dificultad de algunos jóvenes a la hora de establecer conexiones románticas profundas. También la presión por lograr el éxito, la vida social “online”, las expectativas poco realistas en cuanto a la perfección física y el miedo a la violación son otras de las razones que están llevando a los millennials a tener menos sexo que nuestros padres.
De acuerdo con el nuevo informe, el 15 por ciento de jóvenes entre 20 y 24 años de edad no han tenido relaciones sexuales desde los 18, cifra muy por encima del 6 por ciento que se registraba a principios de 1990. Y un estudio publicado en la misma revista el año pasado encontró que a pesar de que los millennials son más receptivos a la infidelidad que las generaciones anteriores, también son los que menos parejas sexuales tienen desde la década de los 60: un promedio de 8, en comparación de los 11 de los babyboomers y los 10 de la generación X.
A medida que las personas se han vuelto mucho más receptivas a todo tipo de formas de relaciones sexuales consentidas, también se han vuelto más exigentes con lo que constituye el consentimiento
Estos efectos se sienten de manera más dramática en los millennials nacidos de la década de 1990 en adelante. Curiosamente, la primera generación en la que los smartphones son un elemento imprescindible.
¿Pueden ser las pantallas la explicación a este comportamiento sexual?Quizás, pero también las dinámicas que la vida online ha instaurado entre los jóvenes. Por ejemplo, ahora puedes elegir si te gusta alguien o no solo con ver una foto. Y rechazarlo solo con deslizar un dedo por la pantalla.
A diferencia de las reuniones cara a cara en la que "se puede seducir a alguien con tu encanto", explicó Jean Twenge, autor principal del estudio y profesor la Universidad Estatal de San Diego, “ Cuando usamos aplicaciones de citas estamos dejando a algunas personas con menos opciones y también podríamos ser más reacios en la búsqueda de pareja”.
Estos efectos se sienten de manera más dramática en los millennials nacidos de la década de 1990 en adelante, curiosamente, la primera generación en la que los smartphones son un elemento imprescindible
Por otra parte, somos la generación más prudente y eso se manifiesta en una mayor conciencia de los problemas que trae el amor y las relaciones tóxicas. Además, vivimos las nuevas formas de violencia como el acoso cibernético o la posibilidad de que tus fotos íntimas acaben en Internet, por lo que hemos desarrollado unas defensas sentimentales que nos alejan del sexo.
Pero Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers, cree que esto puede llegar a ser bueno. “Si tenemos en cuenta que los baby boomers eran conocidos no sólo por el amor libre, sino también por las altas tasas de divorcio, tomar con calma el sexo va a conducir a mejores primeros matrimonios."
Y al final, prevalecerá la biología. "El sexo es una poderosa unidad y también lo es el amor romántico. El sistema de relaciones sexuales está muy por debajo de la corteza. Se encuentra muy por debajo del sistema límbico, a la altura de la sed y el hambre”, afirmó Fisher.
Y vaticina: “El sexo llegará. Estoy segura de ello”.
Esperemos que no tarde demasiado.