1. Encontrar un tampón (o una toalla) cuando pensaste que ya no tenías, y justo cuando lo necesitas.

Es mejor que hallar dinero en un pantalón usado, en serio.

2. Que el cat eye te quede a la primera.

¡E igualito en los dos ojos, kermoso!

3. Quitarte el bra después de un día muy largo.

Hacerlo justo en el instante en el que cruzas la puerta: el mejor momento del día.

4. Llegar a un trabajo donde no te obligan a usar tacones.

Poder llevar tenis es como una bendición.

5. Que te deje de bajar justo un día antes de irte de vacaciones.

Gracias, dioses de la menstruación.

6. O que te baje cuando no estabas muy segura de que te bajaría…

Te vuelve el alma al cuerpo, como dicen las tías.

7. Hacer una nueva amiga en el baño de mujeres.

Escuchar su vida, darle consejos, contarle tus cosas. Es lo máximo.

8. Descubrir que puedes usar tus chichis para apoyar cosas.

Comida, libros, bebidas, GATOS.

9. Pintarte las uñas sin mancharte todo el dedo.

Aunque, hacerlo y después quitar los residuos es una gran técnica para la gente floja.

10. Encontrar un baño público donde sí haya ganchito para colgar la bolsa.

Gracias a la vida.

11. Aun mejor: que haya papel higiénico.

Me siento tan bendecida.

12. Encontrar curitas cuando los zapatos te estaban destrozando los pies.

Eso sí: juras que jamás los volverás a usar y… obviamente lo haces.

13. Caminar con falda por la calle y que nadie te acose.

Un evento pocas veces visto en la naturaleza, pero hermoso cada vez que se presenta.

14. Que alguien responda “sí” cuando preguntas si tienen una liga para el pelo que te presten.

La mejor forma de hacer nuevas amigas es llevar una siempre en la bolsa.

15. Ir a una tienda de ropa y que haya otra talla que no sea EXTRA CHICA.

OMG, ¿tienen tallas medianas y grandes? Los amo.

16. Que te guste cómo te cortaron el pelo.

Encontrar el acondicionador de tu vida, dormirte con el pelo amarrado y despertar con unos rizos hermosos. En general, estar en paz con tu pelo.

17. Caminar descalza después de todo un día en tacones altos.