Pinche Crack ... La leyenda del jugador que quiso mearse sobre sus verdugos

Bebel García

La historia de Bebel García nos transporta a otro tiempo. A ese del que los mayores nos hablan de grises, matanzas y limpiezas ideológicas.

A Bebel se lo cargó el "movimiento nacional" en Punta Hermina (A Coruña) apenas unos días después del alzamiento militar que haría explotar la Guerra Civil española, y a la postre, la instauración de la dictadura de Francisco Franco.

 

 

Sin embargo, antes de que los fascistas lo ejecutaran a los 22 años en la mañana del 29 de julio de 1936 junto a su hermano France, Bebel hizo efectiva su última voluntad: mearse encima de sus fachas verdugos.

La leyenda del futbolista gallego orinando sobre sus ejecutores está presente en la mente de todos sus paisanos. No queda nadie vivo que pueda demostrar que eso ocurrió realmente, ni siquiera se sabe si hubo testigos directos a parte de los verdugos, pero pocos dudan de que Bebel emapapó a los soldados para despedirse de la dictadura franquista por todo lo alto.

Si alguien pregunta por él en A Coruña, los más viejos del lugar responderían con un: "sí, claro, uno de los hermanos de la lejía", aunque a los García se les conocía por ser socialistas hasta la médula, todos y cada uno de los 8 hermanos.

La familia llegó a la ciudad procedente de Ribadeo porque su padre había sido desterrado por sus ideas socialistas y debía a estar 150 kilómetros apartado del lugar. De sus ocho hijos, solo uno fue bautizado, José. Los otros tenían nombres ilustres del socialismo como Voltaire, Jaurés, France o Bebel. El padre de Bebel se dedicaba a la venta y distribución de lejía y sus hijos abrazaron su misma conciencia de izquierda.

 

De hecho, el 20 de julio de 1936, Bebel, France y Jaurés ayudaron en la defensa del Gobierno Civil, atacado por la artillería militar franquista. Los tres fueron detenidos.

Tras un paripé de juicio militar sumarísimo, Bebel y France fueron ejecutados a sangre fría. Jaurés se libró porque era menor de edad, pero al año siguiente, durante un cambio de cárcel, apareció muerto junto al cementerio de San Amaro.

 

 

En el terreno futbolístico, Bebel jugó cuatro años en el Deportivo de la Coruña compitiendo en Segunda División.

Se trataba del típico delantero revulsivo, un extremo derecha (valga la paradoja) muy bajito, que tenía unas condiciones fabulosas para el fútbol pero que en la cabeza tenía otros asuntos que él consideraba más importantes.

La ejecución de Bebel y su meada encima de la dictadura franquista son narradas por Eduardo Galeano en uno de los relatos incluidos en su libro Espejos. Una historia casi universal. Este relato titulado "Última voluntad" se integra en una obra en la que el escritor uruguayo habla desde la prehistoria hasta Bush, pasando por Adolf Hitler y Bebel García:

 

La Coruña, verano de 1936: Bebel García muere fusilado.  

Bebel es zurdo para jugar y para pensar.  

En el estadio, se pone la camiseta del Dépor.  

A la salida del estadio, se pone la camiseta de la Juventud Socialista.  

Once días después del cuartelazo de Franco, cuando acaba de cumplir veintidós años, enfrenta el pelotón de fusilamiento:  

-Un momento -manda.  

-Y los soldados, gallegos como él, futboleros como él, obedecen.  

-Entonces Bebel se desabrocha la bragueta, lentamente, botón tras botón, y de cara al pelotón echa una larga meada.  

-Después, se abrocha la bragueta:  

-Ahora sí.

 

Aún hoy, 80 años después de sus ejecuciones, Teresa Quiroga, sobrina de los García, pelea desde Buenos Aires para recuperar los restos de sus tíos y poder trasladarlos al cenotafio que espera desde hace mucho los cuerpos de los hermanos de la lejía.

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