De todos los objetos misteriosos que surcan cada día el Universo, hay uno que destaca por encima del resto. El TB145, conocido popularmente como asteroide calavera, es un cuerpo rocoso descubierto en 2015 con una forma semejante a un gigantesco cráneo humano.

El asteroide calavera tiene un diámetro de entre 625 y 700 metros, un periodo de rotación de aproximadamente 3 horas, pasó muy cerca de la Tierra hace dos años y lo volverá a hacer en 2018. Según las observaciones de 2015, los científicos creen que el TB145 puede ser un cometa extinto que carece de sus compuestos volátiles por haber orbitado demasiadas veces alrededor del Sol.

En noviembre del año que viene, los astrofísicos de todo el mundo podrán disfrutar de la visión más terrorífica del Universo un poco más lejos que de costumbre. Si en 2015 se aproximó a 1,3 la distancia de la Tierra a la Luna, en 2018 lo hará a 105 veces la distancia de nuestro planeta con el satélite.

“A pesar de que este enfoque no será tan favorable, vamos a ser capaces de obtener nuevos datos que podrían ayudar a mejorar nuestro conocimiento de esta masa y otras masas similares que se acercan a nuestro planeta”, explicó a Phys.org el astrofísico español del Instituto de Astrofísica de Andalucía, Pablo Santos-Sanz.

Y ya pueden aprovechar este encuentro porque el siguiente avistamiento del asteroide calavera esta previsto para 2088. Demasiado tiempo como para volver a verlo.